"Se acerca el invierno" ("Winter is coming") Es el lema de la Casa Stark en la célebre Saga Canción de Hielo y Fuego, o más conocida para los neófitos como "Juego de Tronos" (título de su primera entrega). Y esta mención a la obra de George R.R. Martin (de la cual soy un enfervorizado y enfermizo seguidor) encaja perfectamente con el partido disputado en Soria por la UD Las Palmas.
La U.D. Las Palmas se encontraba en un particular oasis de extraña calma, por extensa y duradera, que nació en una noche copera pasada por agua y bajo el influjo de una tormenta. Aquella victoria agónica, digna de tragedia griega con final feliz, supuso una catarsis colectiva en todo el mundo amarillo, una sacudida en el momento oportuno. Desde el entorno mediático de la UD Las Palmas ya se apuntaba a relevo en el banquillo si no se ganaba al Racing de Santander y una respuesta corajuda y repleta de raza frustró los vaticinios de algún agorero.
La derrota en los páramos helados sorianos es difícil de digerir, nos habíamos acostumbrado a pernoctar en la placentera y cálida existencia de la imbatibilidad. Y si ya de por sí es costosa asumir cualquier derrota, más lo es hacerlos con 3 goles en contra, por un pésimo juego de tu equipo, y con ciertas objeciones sobre alguna que otra decisión arbitral. Dicho todo esto sin quitar méritos a un CD Numancia que juega con las armas idóneas en su propia plaza con la climatología a favor a pesar de ser supuestamente adversa.
No deben de saltar las alarmas por volver a besar la lona, a pesar de lo estrepitosa de la caída. Aunque se volvió a ver fallos y desajustes en todas las líneas, debemos ser conscientes que las victorias tapan las carencias y las derrotas exageran los fallos. No somos ni tan malos ni tan buenos como los resultados hacer ver.
Esta plantilla tiene bastante potencial, y de ahí esta inmaculada racha de imbatibilidad, pero también tiene unas carencias que dificultan toda progresión. Más tarde o más temprano la derrota nos debía de volver a tocar la puerta porque sí, porque somos un equipo en construcción, en pleno aprendizaje y repleto de carencias por cubrir. La anormal era todo lo otro.
No obstante es lícito que tengamos esa decepción que nos marca el rostro por la ocasión perdida teniendo en cuenta los otros resultados de la jornada. Pero debemos de ver el lado positivo que nos ofrece la derrota: volver a depositar los pies en el suelo, sobre la tierra. No somos etéreos y las nubes no son nuestro hábitat natural. Somos terrenales, imperfectos y el fango nos llega hasta las rodillas. Porque esta jungla maratoniana que es la 2ª división así es, y más para nosotros que nunca nos han regalado nada.
Por tanto, tengamos en cuenta el lema de la Casa Stark, que en definitiva no es otra cosa que una advertencia para estar preparado para lo peor. Hemos vivido un atípico sueño del que nos han despertado, quisimos creer que nuestros sueños se materializarían casi sin esfuerzo, pero nos han despertado bruscamente para enfrentarnos a la realidad. Que no es otra que para lograr el ascenso habrá que lograrlo con sacrificio y esfuerzo. Volveremos a caer, no lo duden, pero tampoco que nos levantaremos. Vivimos un sueño de Verano, pero se acerca el Invierno. Seguimos luchando.