La UD Las Palmas ha logrado una victoria sin
lustre pero que reafirma la credibilidad de las aspiraciones amarillas de
ascenso. Como señalamos en nuestra previa del partido, los errores propios, las
lesiones y las circunstancias de la competición habían elevado el listón de
exigencia de un partido que se preveía como de trámite ante un rival
prácticamente desahuciado.
Si hay un rasgo inequívoco que se repite a lo
largo de la historia del balompié, es aquel que evidencia que los grandes
equipos, aquellos que obtienen éxitos, que logran gestas parten desde la
solvencia en la portería y una delantera resolutiva. En el caso de la UD Las Palmas
la primera condición se da y la segunda también pero con matices.
A estas alturas de la temporada si hay algún
jugador candidato al premio de mejor jugador de la temporada es
sin duda Mariano Barbosa. Por lo que se cumpliría la primera premisa. El arquero argentino ha logrado desterrar
definitivamente aquella imagen de arquero sobresaliente pero irregular que
lastraba en su carrera, ha dejado en el olvido el mote jocoso de “Cantosa” con
el que se le llamaba en sus tardes menos inspiradas, y se ha mutado en su mejor
versión. Ha estado durante toda la temporada, inclusive en el penoso inicio,
muy regular, pero lleva ya varias jornadas que está a un nivel excelente,
sobresaliente, excelso.
La 2ª premisa, el ataque, la UD da fe de su 5ª
posición como equipo más goleador, y esa eficacia se volvió material ayer en la
maltratada figura de Chrisantus. No lo ha tenido fácil el delantero nigeriano
en una semana complicada donde ha estado en el ojo del huracán tras el grosero
fallo que cometió ante el Hércules. Nosotros mismos apuntábamos a las buenas
sensaciones que emitían las intervenciones de Guerrero y Pando durante la
semana como probables signos de una pequeña revolución debido a las bajas. Pero
Sergio Lobera, acertadamente, reforzó su confianza en el corpulento delantero y
éste supo aprovechar la oportunidad con dos goles, marca de la casa, que
suponen una victoria vital para las aspiraciones amarillas. Las estadísticas
goleadoras de la UD sin un referente claro se reparten, principalmente, entre
Vitolo, máximo anotador, Thievy y Chrisantus (ambos con nueve goles) como en su
momento lo fue Momo, o incluso antes Javi Guerrero. Otra cosa es que, para el gusto
del espectador, el ataque de la UD sea poco eficiente.
La pregunta que se eleva entonces en todo
aficionado amarillo es: ¿Por qué entonces tanto sufrimiento? Entre la defensa y
el ataque hay una parcela media, vital, para el control, manejo y desarrollo de
todo encuentro, aquella en la que las virtudes de la UD languidecen por
carencia de recursos y/o desuso de los pocos que dispone. Es en esta parcela donde se encuentra la tercera premisa y/o variable que es la
sala de máquinas desde donde fluye la cinética de todo conjunto. Así, de
esta forma arribaba la UD Las Palmas al Estadio Municipal lamiéndose las
heridas con antelación por la baja de un Nauzet Alemán que se ha convertido por
decisión técnica en el referente creativo de la escuadra amarilla. El Jefe de
Máquinas estaba ausente por lesión, y ante la perspectiva de un partido de
choque, sudor y mucho músculo la decisión de alinear dos medios centros como
Hernán y Javi Castellano es un confirmación que se estaban preparando para una
encuentro en las trincheras.
Hay algunas máximas, que por repetitivas, no
dejan nunca de tener razón, ni de ser menos certeras o válidas. Y aunque el
Xerez es un equipo virtualmente descendido, prácticamente desahuciado, mermado
en sus filas por las bajas, no dejan de ser individuos con orgullo, amor propio
y vergüenza. Aunque, a día de hoy, la calidad de la plantilla entre azulinos y amarillos no tiene punto de
comparación, los primeros con un fútbol rudimentario, de emergencia, de rescate
prácticamente, pusieron al conjunto de Lobera contra las cuerdas. Si Barbosa se
erige como figura destacada, a la par con Chrisantus, no es por otra cosa que
por una serie de intervenciones vitales para los intereses de Las Palmas.
Todos nos dejamos arrastrar por la euforia del
resultado, del “se jugó mal, pero
los 3 puntos son nuestros”, pero hay carencias que ni los goles de Chrisantus
ni las paradas del “Ángel” Barbosa pueden ocultar. Y es justo reconocer, como
hemos hecho hasta ahora, la capacidad de trabajo, sacrificio, empeño,
empecinamiento casi de esta plantilla de lograr la victoria como hacer hincapié
en las parcelas deficitarias que lastra de forma clamorosa. Si la UD llegó a
este partido más exigida de lo normal fue por los errores propios cometidos de
forma consecutiva en los partidos de casa, partidos ante rivales que enmarañan
el encuentro, tejen pegajosas redes defensivas, y también por la incapacidad de
la UD de elaborar un fútbol más complejo, mejor armado que sirva para derribar
la resistencia del rival.
A continuación el resumen del Plus del partido.