Foto: ©canarias7.es |
El partido que ha disputado hoy la UD Las Palmas debería ser considerado como un auténtico insulto para las aspiraciones de ascenso del equipo amarillo. Hasta esta tarde las sensaciones que aportaba el equipo, que sólo había rescatado un pírrico punto de los seis disputados, eran malas por lo visto sobre el terreno de juego. Pero a pesar de ello se reconocía las intenciones de generar un fútbol asociativo y su propuesta ofensiva a la misma vez que se lamentaba la falta de gol y profundidad del juego amarillo. Hasta el día de hoy, ahora hay que sumar a lo anterior una sangría de puntos que puede mermar las aspiraciones de la UD y a la que sino se le pone freno de inmediato puede comprometer los objetivos marcados.
Foto: Marca. |
Pero llegó el minuto 16, un balón largo del Éibar, la
defensa amarilla adelantada defiende mal, el balón arriba a los dominios de un
David García lento, desacertado, que recupera a duras penas su posición e
incomoda a Capa en su golpeo con tan mala fortuna que en su intento de despejar
termina por introducir el balón en su propio arco. Y justo ahí se desmoronó el equipo amarillo
cómo si un castillo de naipes ante un tornado se tratase. Frágil, endeble, timorata,
temblorosa se fue mostrando una zaga amarilla que era un auténtico maná de
ocasiones para un equipo armero que no se creía aún su posición de
ventaja. La UD no reaccionaba, las
asociaciones de futbolistas, las uniones de talento desaparecieron: Valerón una
isla solitaria, volvió la peor versión de Momo, Tato escorado y desaparecido,
de Chrisantus se dejaron de tener noticias. Tan sólo Delev, al que su orgullo
le imposibilitaba bajar los brazos, dio muestras de arrojo y pundonor.
Chrisantus en una jugada (udlaspalmas.es) |
Llegaba el partido al descanso con sonido de viento que caía
como chuzos de punta desde la grada, una derrota provisional que pesaba como
una auténtica losa y una imagen de unos jugadores amarillos que dejaban en evidencia a su técnico. Sergio Lobera,
en la previa del partido, ante las cámaras de la TVCanaria aseguraba no
encontrarse “tranquilo, sino tranquilísimo” porque confiaba en sus jugadores.
Jugadores que estaban dinamitando toda la confianza de su técnico con su
paupérrimo juego. Por otra parte, las palabras de Lobera provocan otra
reflexión: ¿Sólo confía en sus jugadores?. Pero esa ya es otra historia.
Momo encara a Yuri (udlaspalmas.net) |
Sergio Lobera movió banquillo y dio oportunidad a esa cantera que el año pasado reclamaba oportunidades y que desde su dirección no
se le dio demasiada importancia. Salieron bajo una pitada general tanto Momo
como Tato (ambos terminaron por realizar un partido pésimo) por unos Asdrúbal
y Tana ovacionados. Los dos canteranos fueron el electroshock que necesitaba Las Palmas.
Aportaron verticalidad, intensidad, ganas, sentimiento y fútbol. Con el descaro
propio de un joven canterano que desea comerse el mundo, salieron a
morder un rival tan lejano de su calidad futbolística como la tierra del sol.
Momento exacto del golpeo de Asdrúbal que acabó en gol. ©RTVC.es |
Asdrúbal marcó un gol salvador sí, pero no embustero. El
conjunto de Lobera es un equipo inmaduro formado por una plantilla incompleta. Sin
capacidad creativa y escaso de gol, es incapaz de generar fútbol por deméritos
propios, pero también por falta de materia prima que materialice las ideas futbolísticas de las que presume.
Mientras se esperan la llegada de los nuevos fichajes como el rescate que espera el
náufrago, los puntos vuelan, la confianza se pierde, la ilusión merma y la afición
se impacienta. No obstante, las exigencias siguen siendo las mismas.