Los Utah Jazz de los 80 hasta mediado de los 90 fueron una máquina de ganar partidos encabezada por dos nombres propios, John Stockton el genio, la computadora, la brújula que llevaba el juego de los de Utah hasta niveles de calidad inimaginables. Luego estaba Karl Malone, el cartero, ese guerrero de la pintura que te resolvía una jugada con una simple bandeja como te resolvía otra con un mate estratosférico, digno de cualquier guión de película americana. Esos dos equivalentes los encontramos en la UD Las Palmas con Apoño y Masoud.
Apoño
es la clase, la elegancia, el buen hacer, lleva los tiempos del equipo a la perfección,
hacen que todos bailen al son de sus pases, de su visión de juego y de su control
del tempo casi perfecto. Por otro lado tenemos al mago de Persia, filigranas de
exquisita calidad, luchador constante, sacrificio por el equipo y como no, ¡goles!.
La UD
Las Palmas ha encontrado sus dos genios, junto a ellos habrá jugadores
trabajadores que harán de este equipo grande y pronto veremos los resultados. Los
Utah Jazz no ganaron un anillo, siempre se quedaron a las puertas pero jamás se
olvidara esa maravillosa dupla que dejo a medio mundo maravillado, la UD se quedó
el año pasado a las puertas pero este año se conseguirá nuestro particular
anillo.