Casi sobre la bocina fueron anunciados los dos últimos
fichajes de la UD las Palmas, el que nos toca revisar es el delantero español
Carlos Aranda. El jugador llega libre a la entidad de Pío XII tras rescindir
contrato con el Granada CF. El corpulento delantero arriba a sus 33 años en una
UD Las Palmas falta de gol donde serán vitales su experiencia y olfato de gol.
Pero no nos llevemos a equívocos, el malagueño se encuentra muy lejos de
su mejor momento, en las 6 últimas temporadas ha disputado un total de 127
partidos y tan sólo ha logrado marcar 21 goles, de los cuales sólo 6 en los dos últimos años. ¿Es Aranda el hombre gol que necesitaba la UD? La
fría estadística es clara en ese aspecto: No lo es.
En la figura de Carlos Aranda se aglomeran varias
singularidades, formado en las categorías inferiores del Real Madrid luce en su
palmarés 2 Copas de Europa (8ª y 9ª del club blanco) cuando disputó en ambas
pocos minutos en partidos de trámite en la fase de grupos. Los técnicos que siempre lo han dirigido
han declarado que es un delantero que es muy técnico a pesar de su corpulencia
pero que su vida personal (a veces disoluta) le ha impedido estar plenamente
centrado en la competición, posiblemente sean secuelas de la dura
infancia que le tocó vivir. Otro dato singular es que es el futbolista que
en más equipos ha jugado en la 1ª división (hasta un total de ocho) en otra
muestra de una trayectoria irregular salpicada de noticias agradables y otras
extradeportivas no tanto en una carrera deportiva errática en la que ha llegado
a estar en un total de 12 clubes (incluyendo la UD Las Palmas).
Desconocemos en que estado físico llega el jugador y si, a
su edad, tiene aún hambre de fútbol y está dispuesto a soportar la presión de
una afición exigente como la de la UD Las Palmas que no tolerará la indolencia
ante otra cosa que no sea competir por el ascenso, el único objetivo marcado
por la directiva que preside Miguel Ángel Ramírez. El rendimiento de Aranda es
toda una incógnita, lo que sí está claro que no es el delantero que la UD
necesitaba: no aporta velocidad ni, a priori, asegura la couta de gol que urge.
Un fichaje inesperado y que siembra dudas.