La UD se trae de Córdoba algo más que una victoria, regresa con la confirmación de una mejoría a la que la falta de gol parece restarle méritos y visibilidad de una forma injusta. En tres jornadas, tras el estrépito en Jaén, la UD ha mejorado sus prestaciones. Cierto que las carencias siguen existiendo, que se cometen errores pero el equipo ha mejorado en intensidad, ha aumentado su tensión competitiva, picados en el orgullos, los jugadores muestran una actitud diametralmente diferente a la de tantas ocasiones esta temporada.
Manteniendo el conocido esquema del equilibrio (4-2-3-1) que tanto preocupa a Sergio Lobera, ha crecido aupada en la verticalidad, las ganas y la calidad de jugadores como Tana, Asdrúbal y Momo. De éste último sorprende su regreso cual Ave Fénix, solidario en el esfuerzo, presto al apoyo, pone su técnica, su fútbol y su trabajo en beneficio del colectivo. Por fin su zurda vuelve a provocar el cosquilleo en el aficionado amarillo, mariposas ya olvidadas. Los dos jóvenes canteranos se han ganado la titularidad como premio a su empeño por estar presente en el once inicial. Su fútbol corajudo, vertical, respondón pero no carente de calidad son su mejor carta de presentación. Jugadores elegidos para la gloria como Masoud o Nauzet Alemán se han visto superados por dos canteranos descarados que reclaman más reconocimiento en cada jugada.
David García, imperial. ©DiariodeCórdoba.es |
Y así, a grosso modo, se explica la victoria de la UD Las Palmas hoy en Córdoba. Una mejoría colectiva que ha llegado superado el meridiano del campeonato, empujados por la necesidad del equipo, el abandono futbolístico de algunos jugadores, con la toma de decisiones incomprendidas y arriesgadas por el casi ajusticiado técnico amarillo pero que, poco a poco, entre todos han reconducido el rumbo de una nave que con varias vías de agua avisaba con naufragar. El Córdoba, más especulativo de lo esperado, cedió terreno buscando las peligrosas contras que con escasa elaboración ejecutaban. Los del "Chapi" Ferrer tenían las ideas claras: contragolpes vertiginosos y finalizando las jugadas para evitar la respuesta amarilla. De esta forma disfrutaron de varias ocasiones, aunque muy pocas llegaron acometer auténtico peligro par los intereses amarillos.
Por su parte la UD buscaba con desplazamientos horizontales la líneas de pases que sólo Valerón, ausente de inicio, es capaz de encontrar entre una multitud de piernas. Abusaban los jugadores amarillos de elaboración, buscando, rebuscando y rumiando la oportunidad ante un equipo que basculaba su línea defensiva con ejemplaridad militar. Hasta el primer cuarto de hora no logró Las Palmas sacudirse la presión cordobesa y pasar a dominar con claridad el encuentro aunque siempre atenta a las contras locales. El partido estaba siendo el choque de dos estilos que no lograban de encontrar las cosquillas al otro, aunque la UD fuera la que llevara la iniciativa y el peso del partido. Así se disfrutaron de varias ocasiones en los pies de Aranda o Asdrúbal y en la cabeza de Tana. Precisamente sería el menudo canterano quien de un certero cabezazo se elevó como si fuera un gigante para clavar en el ángulo el único gol del partido. A destacar la excelente asistencia de Dani Castellano, que no acostumbra a llegar a la línea de fondo, pero cuando lo hace siempre es con buen criterio y generando peligro. Cercano el entretiempo, el gol amarillo supuso un borrón inesperado en la hoja de ruta cordobesa.
Valerón entra por Tana. ©DiariodeCordoba.es |
En la reanudación "El Chapi" Ferrer adelantó las lineas de presión y la intensidad de sus jugadores, provocando una reacción no deseada en la UD que poco a poco, temerosa de perder el botín, fue cediendo terreno hasta verse acorralada defendiendo con bastantes agobios su ventaja. Fueron quizás los peores minutos de juego amarillo, incapaces de superar las líneas adelantadas blanquiverdes, no se generó juego y se llegaron a cometer errores forzados. Sergio Lobera lo vio venir y dio entrada a Juan Carlos Valerón para que hiciera de brújula en la niebla. El empuje de los del Califato sirvió para poner aprueba la capacidad de sufrimiento y sacrificio colectivo de un equipo que con la expulsión de Momo jugó el último tramo de partido con un jugador menos. Acabó Lobera moviendo fichas para oxigenar una medular asfixiada con el ahínco rival para acabar sin delanteros natos el encuentro. Los últimos minutos dieron pie a la épica con molestias en el tobillo de Barbosa y el abandono por lesión en el descuento de Apoño dejando al equipo con nueve efectivos sobre el terreno de juego.
La UD sigue siendo un equipo imperfecto con margen de mejora que trabaja para superarse. Y la próxima semana ante el Sabadell tendrá otra prueba en las ausencias de hasta cuatro posibles jugadores: Momo por expulsión, Nauzet y Deivid por acumulación de tarjetas y la más que posible baja de Apoño por su lesión que impresiona de cierta importancia. A pesar de los contratiempos, gracias al esfuerzo y trabajo del colectivo, el gol de Tana valió para lograr los tres puntos. Una victoria sin lujos pero que otorga cartel para aspirar a cotas mayores, aún más con las tropiezos de los líderes. Se recortan distancias, que aún siendo importantes, lo son ahora menos. La UD ha encontrado el camino a partir del compromiso colectivo, de mejorar sus prestaciones en todas sus líneas a excepción de la faceta goleadora, gran asignatura pendiente aún.
A continuación les dejamos con el resumen del partido, la rueda de prensa de Sergio Lobera y una galería fotográfica.
A continuación les dejamos con el resumen del partido, la rueda de prensa de Sergio Lobera y una galería fotográfica.
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