En serio,
no puedo creer lo que leo y veo. Después del partido de ayer, todos estamos fastidiados. Éso es innegable.
No es normal que el equipo perdiera ayer. Sí, se le puede echar la culpa a Lobera por no haber reaccionado rápido (como viene siendo habitual) y quedarse a verlas venir. Esperando que llegase ese gol aislado para hacer corriendo las sustituciones y seguir encerrando al rival.
También se le puede echar la culpa al árbitro.
Excesivamente permisivo (y ya va siendo habitual) con el rival y sus sanciones. No tanto así con nosotros. Es verdad que el Barcelona "B" debió haberse quedado con un jugador menos. Que se deberían haber llevado muchas más amarillas. Pero claro,
no podemos personalizar la derrota en el árbitro, no sería justo.
Ayer fallaron muchas más cosas. Pero no voy a personalizar en jugadores aquí... que podría. Mi crítica va pa' otros. Para aquellos que leo hoy me quedo atónito. Aquellos que... ¡¡
Echan la culpa a la afición!!
No podía creerlo
¿El equipo aprueba y la afición suspende?, ¿Qué demonios significa éso? No puedo imaginarme qué pasa por la mente de alguien que se atreve a, después de ver todo lo que ha hecho la afición estos días para apoyar al equipillo, decir que
suspende ¡¡Porque se van antes de que acabe el encuentro!! o ¡¡Porque pitan a Lobera cuando no ha hecho algunos cambios claros pasando ya el minuto 70!!
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Foto: ©udlaspalmas.es |
Increíble. Sólo le faltaba a esta afición, de la que soy parte muy activa, que nos dijesen que no podemos pitar. Que no podemos exigir un poco de seriedad. Nadie le pita a Momo por fallar el penalti. Nadie pita a Masoud por adornarse siempre demasiado y querer ponerla bonita a la escuadra en vez de meter un "rebencaso pa' dentro". Nadie exige ya que Valerón corra a presionar. Nadie exige ya que Aranda haga gala de su potencial físico y sea un tanque arriba. No,
nadie exige ya éso.
Ahora se exige
seriedad. Se exige que si Valerón no corre, sea sustituido por Héctor o Tana (y Masoud al medio). Se exige que si ves a tu delantero cansado, metas al que subiste del filial que
está deseoso de sudar sangre dejándose la piel. Y se exige que lo hagas sin temblar. Sin temor a equivocarte. Porque es mejor que tires pa'lante y te equivoques, a que te vean dubitativo en la banda esperándolas venir.
Lo peor que podemos hacer ahora es criticar a la afición. Una afición que logró traer una bandera gigante para vestir su grada. Que cada partido, después del primer gol rival, siempre da aplausos a su equipo para animar.
Una afición que no se cansa de crear iniciativas para apoyar el proyecto del ascenso.
Pero también deben entender que: después de tanto esfuerzo y tanto sudor, si perdemos (o fallamos) por errores individuales y no por un fallo colectivo mayor; si la ineptitud, la inquietud o el nerviosismo del que lleva el volante nos hace caer; deben entender que la afición se sienta
traicionada.
No nos podemos permitir dudar de nuestra afición. Se han repartido
sopladeras, se bajó una
bandera gigante, se fue
nadando a la Peña La Vieja y se tragó humo amarillo, se repartieron
folios amarillos, se repartieron
kilos y kilos de confeti y aún hay muchas cosas en el tintero que no se han hecho aún y
están gestándose y gestionándose. Antes de criticar a los que pegamos algún pito en un momento determinado, mejor
analizamos la situación. Que algunos nos hemos ganado ese derecho a crítica y más.
La afición
ya ha hecho más que suficiente.
Siempre con el equipo. Pero no sirve de nada empujar el coche (por muy cuesta arriba que sea) si tenemos el freno de mano puesto. Y al volante está Lobera. De él depende que la caja de cambios y el freno de mano no sean obstáculo porque, como ya dije antes, él es el piloto y tiene un combustible de primera calidad,
La Afición Amarilla.