El difunto Luis Aragonés aseguraba que las temporadas se decidían en las últimas diez jornadas, que lo único que había que hacer durante la misma era no cometer errores que te impidieran estar en el lugar deseado en el momento justo. Pues a falta de una jornada para el final, en las últimas nueve la UD ha cosechado seis derrotas, y la de ayer en Mallorca fue la 3ª consecutiva. Unos números que dan auténtico pavor, números bajo otras circunstancias de puro descenso.
Apartado ya Lobera de la escena, las miradas se centran inexorablemente sobre los jugadores, un grupo incapaz de levantar su rendimiento ni siquiera por amor propio. Un colectivo falto de intensidad ni siquiera cuando el mayor premio está al alcance de su mano, quedándose ayer en evidencia cuando se les comparaba con sus rivales que se estaban jugando la vida.
Los jugadores Ángel López, Galán y David García en una acción defensiva. Foto: ©DiariodeMallorca |
Sobre el nuevo tandem Josico-Javi Guerrero habría que realizar un análisis mesurado teniendo en cuenta el contexto (Toni Cruz dixit) de su llegada, pero se vuelve imposible cuando ante un situación delicada se comete la torpeza de alineación propuesta ayer. Durante meses se ha hablado del cambio necesario de la táctica, de la necesidad de dos delanteros, de otorgar justas oportunidades para quienes las merecían, opiniones y análisis acertados en muchos casos. Quizás sea la inexperiencia del recién llegado, quizás sea la excesiva autoconfianza en sus posibilidades, pero Josico se quedó en evidencia con su propuesta inicial, ni su tan publicitado como populista 4-4-2 era la panacea a los problemas amarillos, ni su "haré cambios" sobre el once inicial era la solución definitiva a los problemas de la UD. Este equipo desgasta y tiñe a todo aquel que se le acerca, pero si además, como él, te abrazas a su esquizofrenia acabas igual.
Sorpresa, asombro e incredulidad generó el primer once de Josico, una alineación titular que parecía una broma pesada en muchos aspectos, desde el inicio ya comenzó a despertar desconfianzas en su idoneidad el nuevo equipo técnico. Galán y Máyor tras meses de inactividad eran titulares, Nauzet recibía premio a su insustancial aportación al grupo, Asdrúbal nuevamente calentaba banquillo y Tana se quedó en la isla. Un panorama desolador que no auguraba nada bueno, y así sucedió. Agitar por agitar, tocar allí y allá, parecer que se castiga y/o se premia, cambiar por cambiar para supuestamente mejorar y acabar empeorando. Actuar ante los micrófonos como un equipo de ascenso pero luego sobre el campo demostrar ser todo lo contrario.
Vuela Barbosa para despejar el peligro. Foto: ©DiariodeMallorca |
Con poco, muy poco fútbol, pero con ganas, muchas más ganas que la UD ganó el Mallorca un partido en el que se iba la vida. Eso, y el desbarajuste defensivo que supone competir sin intensidad, sin la atención necesaria. Así cayó el primer gol al saque de un córner, donde la pelota se pasea en paralelo a la línea de gol para ser rematada en el segundo palo. El segundo gol nace del despropósito de Apoño, horrible en el día de ayer, cometiendo errores que un jugador de su experiencia y de su nivel no debería cometer jamás, propiciando una contra que termina en gol liquidando el choque a falta de 30 minutos. Después del segundo tanto bermellón lo que quedó fue lo más parecido a un paseo fúnebre de once almas en pena vestidos de amarillos.
En la faceta creativa la UD sigue siendo ese cadáver al que la leyenda urbana le otorga espasmos que a los más despistados asustan, nacidos de una simiente residual se genera algo parecido a un fútbol desbocado, sin ritmo ni rima, que provoca ocasiones aisladas, incoherentes con lo demostrado en el resto del partido.
La UD tiene un problema futbolístico, sí lo tiene, pero tiene un mayor problema de actitud. El primero se mejora con tiempo, trabajo y dinero para fichar a mejores jugadores, el segundo sólo se corrige sí los jugadores quieren. Y visto lo visto en Son Moix, parece que no.
Foto Portada: ©DiariodeMallorca.
Resumen del partido. ©MediaPro.
Galería fotográfica. Diferentes medios.