La persistencia. En cualquier ámbito toda victoria
requiere destreza, constancia, esfuerzo y sacrificio. Sin embargo no es menos cierto que a veces la suerte, el destino o como cada uno quiera
llamarlo propicia que los objetivos se cumplan con mayor facilidad, mientras
que en otras ocasiones el camino empieza a empedrarse, apareciendo obstáculos
que ponen a prueba la fortaleza mental del protagonista y que pueden llegar a
parecer insalvables a ojos del mismo.
Los grancanarios Sandro Ramírez y David Simón son dos claros
ejemplos de superación y persistencia. Ninguno de los dos se rindió ante las dificultades
que en forma de lesiones y falta de oportunidades se encontraron respectivamente en sus
caminos. Curiosamente el punto de partida de los dos fue el mismo, ya que ambos jugaron en las categorías inferiores del Barrio Atlántico.
El delantero blaugrana llegó a la ciudad condal procedente de la cantera amarilla cuando era cadete, con una proyección incipiente que se vio frenada al romperse primero el menisco exterior derecho y posteriormente el izquierdo. Lejos de claudicar ante tanta desdicha en tan poco tiempo, siguió luchando hasta llegar a darle al Barça el gol de la victoria el pasado domingo en el Madrigal.
Simón por su parte, a sus 25 años, ha cogido
con fuerza su último tren hacia el Estadio Gran Canaria, destino que señalaba en
enero desde el Anexo. El lateral le ha brindado otro
aire al ataque por banda derecha de los amarillos, doblando asiduamente a
su extremo e internándose en zona de tres cuartos con peligro, lo cual la
temporada pasada se solía ver más en el
otro flanco, con las constantes incursiones de Dani Castellano o Xabi Castillo.
El rendimiento ofrecido por Simón en estos dos
primeros partidos de liga ha sido cuanto menos satisfactorio, añadiéndole gracias
a su clara vocación ofensiva una lanza más al arsenal amarillo. El carrilero veía como el sueño de ser un jugador
de pleno derecho en su Unión Deportiva iba paulatinamente difuminándose, pero
finalmente su tesón y esfuerzo se han visto recompensados con la oportunidad
por la que siempre peleó, y que por momentos creía que ya no llegaría, como él
mismo ha manifestado recientemente.
Tanto en el fútbol como en la vida en general se
suele decir que lo difícil no es llegar sino mantenerse. Pues tanto para Simón
como para Sandro, llegar al primer equipo de sus respectivos clubes no ha sido
nada fácil, pero esas dificultades les han servido para fortalecerles física y
mentalmente, convirtiendo en ventaja lo que en antaño fue un inconveniente, y
que a la postre les ha supuesto estar
mejor preparados para afrontar la competencia que ahora les espera.
Foto Sandro: ©As.com
Foto Simón: ©UDLasPalmas.es