La pizarra de Herrera funciona. El técnico catalán, como si de una cámara fotográfica
se tratase, es capaz de cambiar el equipo de
modo alegre a modo sufrimiento en el momento que lo desee y con un
rendimiento óptimo en ambos casos. De este modo, pudimos ver en el partido del
sábado como aquel equipo que salió decidido al ataque con la entrada de Roque
en el once y que tantas ocasiones generó, acabó jugando con cinco defensas y con
un lateral recolocado a interior como David Simón para que realizase un trabajo
más defensivo que ofensivo.
Queda claro que este
equipo camaleónico se sabe poner el frac cuando necesita de "jogo
bonito", pero con la misma facilidad se lo sabe cambiar por el mono de
trabajo cuando se trata de defender el resultado, cualidad esta que se echó
mucho de menos en pasadas temporadas y que tan básica es en una categoría tan
competitiva como la Liga Adelante.
Los pacenses copan el protagonismo. Si hubiera que elegir a los dos jugadores más
decisivos del encuentro, sin duda alguna serían los extremeños Guzmán y Casto,
que empiezan a justificar sus respectivos fichajes.
El delantero, con sus dos
goles, se lo pone difícil a Herrera a la hora de elegir extremo derecho para el
siguiente partido contra el Mirandés, en el que ya estará disponible Nauzet
Alemán. Y es que sólo en este partido, Guzmán ya ha anotado los mismos goles
que el jugador de Las Mesas en los anteriores 10 encuentros aunque, lógicamente,
no será esta la única variable que Herrera tendrá en cuenta a la hora de tomar
una decisión al respecto.
Por su parte, Casto
Espinosa, con sus dos grandes paradas, una en la primera parte sacando una mano
imposible abajo y, sobre todo, la que realizó en el penalti, cierra el debate
que se había abierto sobre sus actuaciones en los dos últimos partidos, en los
cuales había encajado tres goles de cuatro remates a puerta realizados por
Ponferradina y Albacete.
Liderato sintomático. Ocupar la primera plaza en la clasificación
superado ya el primer cuarto de competición es un dato que, si bien no es
definitivo, si refleja el gran trabajo que el equipo está realizando hasta el
momento. Además, con 22 tantos, ostenta el record en el apartado goleador y ya
ha abierto una brecha de seis puntos con Ponferradina y Zaragoza, que son los
equipos que marcan el límite de la promoción.
Si el equipo mantuviera
este ritmo de puntuación acabaría la liga con 87 puntos, los cuales teniendo en
cuenta que el Eibar ganó la edición anterior con 71, podrían resultar más que
suficientes para conseguir el anhelado objetivo del ascenso directo. Sin
embargo, también habría que tener en cuenta que esta temporada hay cuatro
equipos en un margen de 2 puntos, por lo que cualquiera de ellos podría alcanzar
las citadas cotas de puntuación.
Los malos arbitrajes a domicilio empiezan a ser
costumbre. Como ya sucediera en
Ponferrada, el arbitraje apunto estuvo de convertirse en decisivo tras otorgar
un penalti inexistente al equipo local en el minuto 80 de partido que, como
suele ocurrir con los penaltis que no son, acabo siendo errado por el delantero
gerundense Felipe Sanchón tras una gran estirada de Casto Espinosa.