Control sin verticalidad. Ayer
la Unión Deportiva se hizo con la posesión del balón de forma indiscutible, la
tuvo tanto tiempo que no supo qué hacer con ella. La inclusión de Viera por Roque le suma
electricidad y desparpajo al medio campo en detrimento de dividir al equipo.
El sistema que se aplica con el de La Feria en el once, propicia que haya más espacio
entre el mediocentro y la delantera. Al entrar Roque se vio claramente, ejerciendo
junto a Valerón de hilo conductor del juego de un equipo que no tuvo su día, siendo especialmente
tediosa la segunda parte. No obstante, tras la derrota en Galicia, las
prioridades ayer eran dos: Ganar y olvidarse de los árbitros. Misión cumplida.
Gol de Oro. Antes de jugarse el All
Star, Nauzet Alemán realizó un tiro de tres puntos con rebote incluido, al
anotar un tanto valiosísimo y no desprovisto de fortuna. El octavo en su cuenta en lo que llevamos de
temporada, lo que no hace más que corroborarle como el jugador más decisivo del
último trimestre amarillo. El de las mesas ha alcanzado un nivel y una regularidad
de vital importancia para los intereses del equipo, y eso que ayer no jugó su
mejor partido, apareciendo menos de lo habitual. Aún así, fue la solución vertical
a un fútbol poco clarividente, carente de la vertiginosidad necesaria para
acorralar a su rival en casa, como muchos esperan que haga el líder. Expectativas creadas por el buen rendimiento del equipo, todo sea
dicho. Este año, la Unión Deportiva está demostrando algo fundamental en esta categoría, algo que no
poseía en temporadas anteriores: la capacidad de ganar los días que no está inspirado
y que consigue cosechar pocos méritos ofensivos. Evidentemente esto no es gratis, sino gracias
a un equipo bien trabajado, intenso, sólido y que no espera atrás y busca el partido. No siempre
aparecen las musas, pero sí le suelen pillar trabajando.
Culio no anda fino. Tres partidos es un tiempo prudencial para
empezar a expresar cábalas sobre el rendimiento actual del argentino. Desde que
cumplió su sanción no termina de encontrar la mejor forma de desplegar su
fútbol, estando sobre todo desacertado a la hora de tomar decisión de pase. Contra
el Zaragoza ya se le vio más flojo de lo habitual, y al volver al once ha seguido algo
desafortunado, salvo la primera parte en Lugo. También hay que decir que ayer
fue de menos a más, y que es indudable su trabajo para apretar al rival y
preservar el cuero, posicionando el cuerpo con mucha inteligencia tanto en
ataque como en defensa. Es cierto que no le saca brillo al balón, pero lo
custodia con mucho oficio, a veces parece que consigue acordonarlo él solito.
Su experiencia es fundamental en noches poco inspiradas como la víspera de los indianos.
Marcelo terminó con molestias. Aguantó como un
jabato los últimos minutos de un partido en el que se le iba a mirar con lupa tras la recuperación de Aythami. El charrúa volvió a cumplir con solvencia,
demostrando seguridad y una capacidad pasmosa para no complicarse la vida y
jugar sencillo. Sin embargo, en el tramo final del partido empezó a notar unas
dolencias musculares que, casi facilitan el empate cántabro en una contra en la
que el central se vio superado en velocidad por Álvaro, afortunadamente el
remate no encontró portería. Respecto al
alcance de la lesión, habrá que esperar al diagnóstico de los
facultativos para saber la gravedad de lo que en primera instancia parece una
contractura en el bíceps femoral.
Los resultados acompañaron. Gracias al matutino empate entre
Sporting y Girona, la Unión Deportiva vuelve a ser líder en solitario,
consiguiendo así una ligera ventaja con sus máximos perseguidores. El
Betis también falló en su encuentro ante el Albacete, lo que situa a los
verdiblancos a cuatro puntos de los amarillos. Asimismo, el Valladolid fue el único de
los rivales directos que cumplió ayer, continuando a dos puntos de distancia,
pero empatado ahora con asturianos y catalanes. Ésta será la pequeña renta que el
equipo de Herrera deberá defender el próximo sábado en Santo Domingo, campo que
esperemos deje de ser maldito.
Foto portada: Quique Curbelo, © laprovincia.es