Jarabe de victoria
para el equipo y de goles para Araújo. Ya había dicho Herrera que los males del equipo se curaban única y exclusivamente ganando. Así fue, consiguiendo una de las victorias más importantes de la temporada, pues le
otorga al equipo la tranquilidad y confianza que tanto había echado de menos en el último mes. Independientemente de las dudas que se generaron atrás, lo
importante es que se volvió a ganar tras cinco jornadas sin hacerlo, rompiendo la tendencia de un funesto mes de marzo. Como
también sucediera en Soria, la Union Deportiva salió al terreno de juego muy enchufada, la diferencia es que esta vez el esfuerzo sí se vio
recompensado con dos goles tempraneros que hicieron que el arrojo que derrocharon los jugadores durante los primeros minutos no resultara estéril.
Jugar con la tranquilidad de saber que estás
haciendo las cosas bien y que se están plasmando en goles es vital, eso le
sucedió también a Araújo cuando en el minuto once volvió a ser el más listo de la clase, aprovechando una imprecisión de la defensa berciana para batir a su guardameta
y así poner fin a la sequía goleadora que le perseguía durante los últimos diez
partidos. En sus enrabietadas celebraciones se pudo ver lo mal que lo ha pasado
Sergio durante estos dos meses, y lo que necesitaba volver a encontrarse con el
gol y sobre todo con su mejor versión.
Buena parte de la culpa del gran partido del 10 amarillo la tuvo Alfredo Ortuño, que demostró por qué ha venido y
por qué debe formar pareja con el argentino, al cual le benefició notoriamente
jugar con un nueve puro que le fijara
a los centrales.
Habemus Dupla. A la tercera va la vencida, tras no haber visto ninguno puerta durante los dos únicos partidos en los que ambos
habían jugado de titular, ayer sendos arietes consiguieron marcar y además asistir. Esto último de forma magistral, primero Araújo en el gol de Nauzet tras una
increíble galopada a la contra de un incombustible Hernán, y después el yeclano
en el segundo del Chino en un tanto sin duda para enmarcar. Aparte de los goles y
las asistencias, las sensaciones que transmitieron ambos futbolistas en el campo fueron muy alentadoras, entendiéndose perfectamente e hilvanando muchas jugadas en zona de peligro. Todo esto, con el beneplácito de una descolocada
zaga visitante que no puso tantos obstáculos como otras. En cualquier caso, la compenetración entre la pareja de atacantes fue absoluta, al
Chino se le vio con libertad y recibiendo más balones de cara, gracias a un Ortuño que tiene el físico necesario para ganar las peleas que él antes perdía y además la calidad
suficiente para bajar el balón y jugar de espalda, lo que generó un sin fin de
jugadas y permutas entre el tridente amarillo.
Vuelve la presión
arriba, vuelve la Unión Deportiva. Era la seña de identidad de los de
Herrera durante la primera vuelta, y se había perdido en los últimos meses. Las
defensas contrarias tenían muchas más facilidades para sacar el balón, debido a que el
equipo no estaba presionando tan arriba, concediéndoles así más metros a sus rivales.
Ayer, tres de los cuatro goles fueron provocados por la fuerte presión que
impusieron los amarillos, siendo dos de las recuperaciones en campo contrario y
la tercera justo en la línea divisoria. Está claro que cuando se empieza a
defender desde arriba y de forma conjunta, el equipo es otro, más solido y compacto. En este aspecto cabe destacar el gran
trabajo sin balón de Nauzet Alemán, que
recuperado ya de sus molestias, arrimó el hombro en defensa más de lo habitual.
Culio recuperado y
junto él el equilibrio. La
labor silenciosa del argentino sólo se ve nítidamente cuando no está, como en los
últimos partidos. A pesar de seguir algo desafortunado en los pases, su labor
como medio bisagra es fundamental, apretando sin cesar en el centro para
recuperar el balón, abrirse en banda y buscar salida al juego amarillo. Su
cancherismo compensa sus limitaciones
técnicas, y contrasta con la candidez que tradicionalmente ha caracterizado
al jugador canario, por lo que su oficio
y facilidad para aguantar el cuero otorga al equipo el equilibrio que tanto
preocupa a su entrenador y que se había echado en falta durante su ausencia.
Las dudas atrás y la
falta de concentración tras marcar. Se
podría decir que en los últimos partidos
los problemas han pasado de alante a atrás. Seis goles en dos encuentros,
multitud de ocasiones y el florecimiento del tandem Ortuño-Araújo, parecen haber disipado los titubeos amarillos
en zona de tres cuartos. Precisamente ahora que la delantera empieza a estar en
forma, la defensa comienza a mostrar inseguridades y despistes que hasta ahora se
habían visto bien poco. Estos fallos defensivos se debieron en su mayoría a
falta de concentración en momentos puntuales, que solían sucederse justo
después de un tanto amarillo, sólo en dos ocasiones se materializaron, pero ya
tras el primer gol, Yuri tuvo una oportunidad clara para empatar el partido. Sobre todo al final de la primera parte, la sangría de la banda
izquierda amarilla fue considerable, Christian se vio continuamente desbordado, a veces por falta de rapidez o colocación y otras por no
recibir las ayudas necesarias. De esta forma, el cántabro no pudo continuar con
el buen rendimiento que ofreció en Soria. El que sí estuvo mucho mejor que en
Los Pajaritos fue David García, en especial en el primer tiempo, adelantándose con veteranía en
multitud de ocasiones, lástima el error en el penalti que cometió sobre
Castañeda. Por último, el ex-banquero Pablo Infante, dejó atisbar la calidad
que atesora ganándole asiduamente la partida a un alocado David Simón. Al igual que el capitán, el lateral amarillo también erró en la jugada que propició el segundo tanto de los de Manolo Díaz.
Foto portada: Carlos Díaz Recio, udlaspalmas.es