Derbi de manual. Poco fútbol, mucha tensión. Al Tenerife de Raúl
Agné no se le ha olvidado los conceptos aprendidos con Cervera, y ayer contra
el líder no dudó de tirar de manual planteando un partido desde atrás y con
mucho contacto. Cosa totalmente lógica, teniendo en cuenta que la Unión
Deportiva de los dos últimos meses ha demostrado que no sabe desatacar los
encuentros ante rivales precavidos y arropados.
Se confirma el bache. La poca fluidez en zona de tres cuarto ya se
ha visto fehacientemente reflejada en los resultados: 10 puntos de 21 posibles
en los últimos siete partidos. Hasta los más optimistas admitirían que no es un
bagaje de líder, ni tampoco de ascenso directo. También es verdad, que si ésta
es la mala racha por la que pasan todos los equipos, bienvenido sea, ya que
todos los que consiguen grandes proezas tienen ese bache necesario para paliar
defectos y realzar virtudes.
Culio y su litigio con el balón. Su aportación en defensa y en ese otro fútbol
necesario es innegable, pero también lo es su poca inspirada
aportación ofensiva, y más en una
posición en la que se cuece el peligro. Ayer el argentino no supo qué hacer con
el balón, se le vio desenchufado en un partido que no supo leer, estando especialmente desacertado en las
decisiones con balón, como desde que volvió de la sanción. Por si fuera poca la
desgracia, el argentino acabó el partido lesionado. Esta baja seguramente
propiciará la titularidad de Roque, el cual se antoja por cualidades como uno
de los jugadores más susceptibles de darle fluidez al espeso juego amarillo. La
ausencia de Culio hará que el teldense juegue presumiblemente más atrasado, lo
que puede que otorgue mayor criterio a
la zona de tres cuartos, donde se arman las jugadas, puesto que actualmente hay
un mundo entre el medio y la delantera.
La ansiedad del Chino. Su poca de presencia en el juego y su desacierto de cara a portería tienen
tantos condicionantes a tener en cuenta, que darían para un artículo de los
tochos. Así a bote pronto, está claro que su ansiedad de cara al gol y el bajón
del juego del equipo son dos de los más importantes. El argentino ha demostrado
que en poco tiempo puede hacer mucho gracias a su inmensa calidad y su lucha,
pero su juego se ha visto atascado por motivos de diversa índole. Entre los
cuales puede que se encuentra su posición en el campo, ya que no somos pocos
los que siempre hemos pensado que su perfil es del tipo de jugador que se encuentra
más cómodo con una referencia arriba que le otorgue la libertad que su juego
necesita, y que los contrarios no le propician con marcajes cada vez más férreos.
Leer el partido. Independientemente de la poca verticalidad y
profundidad que adolece la Unión Deportiva en los últimos partidos, hay que
reconocer que el partido de ayer no era fácil. El Tenerife es más equipo de lo
que refleja la clasificación, y encima ayer propuso un partido dífcil,
aguerrido, de poco fútbol y mucho contacto. Lo que es un derbi, pero agravado
por una desafortunada actuación arbitral. Sin embargo, estos partidos existen,
y en segunda división más de lo habitual. En estas tesituras hay que saber
apretar, variar la disposición e incluso los jugadores, y leer el cauce en el
que el partido discurre, doblando más las normas si es necesario. Aunque sea solo
por ver si el árbitro seguía con la disparidad de criterio que se pudo
atisbar.
Jesús Valiente. El
central tinerfeño se erigió como uno de los protagonistas de la semana ante la
sanción de David García. Su eventual titularidad se vio confirmada el sábado al
encontrarse Christian dentro de los
descartes. Ayer, Jesús Valentín demostró
en el campo toda la seguridad y personalidad que nos desprendió el jueves en su
entrevista pre-derbi. En su debut en liga, confirmó lo que ya habíamos visto en
copa del rey: mucha fiabilidad con y sin balón, criterio a la hora de sacarlo y
maneras de central de garantías. Solo erró en una jugada, en el resto se mostró
solvente y firme atrás, no complicándose en la jugadas comprometidas y atreviéndose
a subir el balón con maestría cuando tenía que hacerlo.
Foto portada: Carlos Recio, © udlaspalmas.es