23 de agosto de 2015

OPINIÓN || SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO




Artículo obra de Octavio Santana para ©GradaCurva.com

En el fútbol, como en la vida, sucede algo curioso con determinados momentos: consiguen que el tiempo vuele al mismo tiempo que parece deslizarse pegajoso y lento. Los días previos y, especialmente, las horas que precedieron al pitido inicial tuvieron esa característica.

Era un hermoso ejercicio observar el caleidoscopio de emociones que embargaban a los aficionados dependiendo de su edad: ilusión pura y desbordante en los más jóvenes que nunca habían visto a la UD en Primera División, ilusión contenida y cicatrices en la cara y el alma de los veteranos que recuerdan el peaje que se ha debido pasar, las noches gélidas de 2º B, la deuda desmedida y amenazante, el estadio defendido únicamente por 4000 mil espartanos, los dioses y demonios del fútbol que a veces te dan y casi siempre te quitan cuando eres un modesto, la renuncia a ciertas cosas para poder adquirir un abono.  Para aquellos que no están inoculados de este bendito virus vaya esta frase del gran Galeano “En la vida uno puede cambiar de mujer, de partido político o de religión, pero no puede cambiar de equipo”.

No pretendo analizar sesudamente lo visto sobre el terreno de juego, hay muchos que lo harán mejor. Yo sólo sé que cuando arrancó el partido no había un solo “indio” que no contase con una goleada y que, cuando el testarazo de David Simón lamió el larguero o Jan Oblak sacó una mano magnífica (inciso: sigo sin creerme que tenga 22 años) desarbolando el mejor laboratorio de estrategia de Europa la suficiencia se tornó en respeto. Respeto hacia un modelo sostenible y con sello propio. Respeto hacia un equipo que jugó de forma extremadamente solidaria, aguerrida e inteligente. Respeto hacia una UD que al fin vuelve al lugar que merece.

Vendrán noches aciagas, goleadas en contra y jugamos como nunca para perder como siempre”, en condiciones normales estaremos condenados a luchar por la permanencia hasta el último día pero, si Herrera y los jugadores son capaces de volver a poner sobre el terreno de juego el compromiso y el buen juego mostrado en el Calderón vamos a vender muy cara nuestra piel. Pase lo que pase al final tenemos por delante unos meses fascinantes, humildemente propongo disfrutar (tenemos muy fresco la facilidad con la que los sueños se hacen astillas) de 19 fiestas en 7 Palmas, de la crónica de Jabois cuando juguemos contra el Real, disfrutar incluso si simplemente somos el lienzo en el que Messi decide dibujar su enésima obra de arte, del último conejo en la chistera del Flaco. Disfrutar pero sin dejar de soñar y luchar. Seguro que tras lo de ayer el Cholo nos presta su lema: partido a partido. Y arriba d’ellos.

Quien sabe, quizá dentro de unos años nos sentemos con nuestros hijos o nietos en las gradas del estadio y comience a atronar la megafonía con el himno de la Champions podamos comentarle por enésima vez: “¿Sabes? Todo esto comenzó un 22 de agosto con derrota en el Calderón. Yo lo vi”.


Foto portada: ©LFP.es




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