La Unión Deportiva vio finalizada ayer su participación en la Copa del Rey tras verse mermada desde el inicio por un gol tras un fallo en cadena de los amarillos. En frente, el conjunto ché se encontró con dicho gol y luego apenas inquietó en un par de ocasiones a Raúl, dedicándose a parar el juego con faltas o perdiendo el tiempo.
Las altas expectativas creadas por el equipo canario tras empatar en Mestalla fueron truncadas rápidamente, y a pesar de las numerosas ocasiones obtenidas, finalmente el marcador no se movió del 0-1.
La defensa estuvo correcta menos en la jugada del gol. En la retaguardia amarilla hubieron dos cambios con respecto al partido del Levante, Nili y Garrido.
El joven canterano realizó un buen encuentro tanto en atque como en defensa. Mostró desparpajo a la hora de encarar y estuvo firme en los cruces.
Garrido por su parte, jugó un partido correcto, pero se le echó en falta que subiera más la banda, razón por la cuál sería sustituido en la segunda mitad por Dani Castellano.
En cuanto a los centrales, estuvieron muy acertados en los balones aéreos, secando a Negredo y Rodrigo en su objetivo de bajar el balón controlado. En lo que sí mostraron errores fue a la hora de algunos cruces, en los que eran ganados por velocidad, y también en el momento de sacar el balón jugado desde atrás, pues se convertía en una auténtica montaña rusa para la afición ante la poca precisión de sus pases.
El centro del campo gozó de luces y sombras.Con la entrada en el once inicial de Culio ocupando la posición del lesionado Vicente, en el EGC comenzó a escucharse unos murmullos que a la postre se convertirían en constantes silbidos.
Culio no cuajó su mejor primera parte, pues una pérdida de balón suya desembocaría luego en el gol ché y en los pitos a su persona. Pero lo cierto es que en la segunda parte fue uno de los jugadores que más movimiento tuvo con sus pases y sus centros.
Por su parte, Roque dio dinamismo al juego del equipo amarillo, pero como ya venimos comentando en distintas ocasiones, abusó de llevar la pelota, provocando contras del conjunto valenciano.También en sus botas tuvo la oportunidad de tirar a puerta, pero el querer llevar la filosofía de su entrenador hasta el máximo nivel le privó de finalizar en portería.
Por delante la participación de Tana no fue tan productiva como otras veces, empeñándose en jugar por el centro cuando más rivales había. Aun así, dispuso de varias ocasiones para dar el último pase o disparar a puerta.
A la delantera le falto finalizar. Aunque infiltrado, William José realizó una vez más un gran trabajo. La actuación del brasileño en la tarde-noche de ayer define lo que es ser un delantero tanque, aguantando los envites de los centrales rivales, fijándolos y jugando de primeras con sus compañeros. Durante el tramo final del encuentro se le notó cansado, quizás debido a la lesión de su hombro.
Por las bandas, Momo y Viera desbordaron y combinaron en numerosas ocasiones, faltando esa pizca de suerte para que el último pase llegara a su destinatario o el balón entrara en la portería.
Al jugador de la Feria, en un instante del partido se le cruzaron los cables, teniendo sus más y sus menos con un jugador rival. Gracias a sus compañeros, al árbitro y a la charla con Valeron antes de comenzar la segunda parte, Romario se dedicó a tratar de conseguir el ansiado gol que no llegaría.
Los cambios de Setién tarde y algo incomprensibles. A la ya comentada sustitución de lateral por lateral,el entrenador cántabro dio entrada a Wakaso y al recién fichado Montoro. Hasta ahí todo bien, pero si observamos cuáles fueron los jugadores sustituidos, ningún defensa estaba entre ellos, por lo que parte de la afición estaba contrariada porque el equipo iba perdiendo y Setién no iba arriba con todo.