Por @LPArbitrofutbol (perfil de Twitter dedicado al arbitraje)
El encargado
de dirigir el encuentro en el Ramón Sánchez Pizjuán entre el Sevilla y Las
Palmas sería el navarro Prieto Iglesias, asistido en las bandas por el navarro
Francisco Javier García Sabuco y el catalán Joan Méndez Mateo. El cuarto
árbitro asignado fue José Sánchez Aparicio del comité Catalán.
En esta
ocasión muy poco hay que decir sobre el arbitraje, ya que pasó desapercibida su
actuación en todo el partido, salvo en una jugada en la que erró. Corría el
minuto 73 cuando algunos jugadores de Las Palmas reclaman una mano de
Cristóforo dentro del área. En directo se ve que el balón iba a portería y algo
hace que se desvie su trayectoria, pero debido a la multitud de jugadores que
habían en esa zona no se aprecia donde choca dicho balón.
Tras dos repeticiones
a cámara lenta se sigue sin apreciar nada, puesto que la multitud de jugadores
presente hace que no se vea la imagen en la que el balón choca en el defensa
sevillano. Es en la tercera repetición, desde un ángulo bastante diferente, cuando se ve claramente que el balón choca en la mano de Cristóforo, una mano
totalmente despegada del cuerpo y en una posición antinatural. Prieto Iglesias
debió señalar penalti y expulsar al jugador Crostóforo. Error determinante en
el partido. Era el minuto 73 y el Sevilla debía quedarse con un jugador menos y
Las Palmas con un penalti a favor para empatar el partido.
El árbitro
estaba en una posición perfecta para ver la mano, pero justo a la hora del
disparo es tapada su visión por el jugador que chuta y por otro defensor del
Sevilla. Penalti que, en el 90% de los casos ningún árbitro hubiera señalado,
ya que de estar en la situación que se debe su visión se vería tapada por la
posición de los jugadores nombrados con anterioridad.
Desde aquí
quiero dejar bien claro que el único objetivo de un árbitro en cada uno de sus
partidos es acertar en las decisiones que toma. Los árbitros son valorados y
calificados cada jornada en función de sus actuaciones, y los dos últimos cada
año pierden la categoría. Por ello, quiero dejar bien claro que los árbitros
nunca se equivocan intencionadamente. Sería un poco absurdo que un árbitro
ponga en juego su categoría por “ayudar al grande”, ¿no lo creen?. Se equivocan,
unas veces más y otras veces menos, como los jugadores, entrenadores,
preparadores físicos, fisioterapeutas y cualquier humano que habite en este
universo.
El arbitraje
en general fue bastante correcto. Muy bien en las sanciones técnicas y
disciplinarias. Sus asistentes estuvieron bastante correctos en las
señalizaciones de fuera de juego. Pero esa jugada hace que a Prieto Iglesias no
se le puede dar otra nota que la de muy mala. Así es el
trabajo de un árbitro. Ya puede acertar en el 99,99% de sus decisiones que si
luego no ve o se equivoca al señalar una jugada que puede ser determinante en
el resultado del encuentro el arbitraje
pasa de ser “muy bueno” a “muy malo”.
VALORACIÓN
MUY MALA | MALA | REGULAR | BUENA | MUY BUENA