Como puede
cambiar todo en poco más de una semana. Hace dos viernes la UD llegaba a Ipurúa
casi agonizando, con una dinámica de resultados -que no de juego- nada
halagüeña y con el incidente
nauzet-araujo todavía muy reciente. Pues bien, pocos se acuerdan ya de todo
esto, porque como dicen los expertos, si la pelotita entra todo se olvida.
Sufrida y trabajada tercera victoria consecutiva con un primer tiempo de
toque y un segundo más pragmático en el que, al igual que en éibar, se supo
aguantar y sufrir, manteniendo a cero la portería de Varas también por
tercera vez en la mismas jornadas. Ya lo dice el dicho, no hay dos sin tres.
Saber sufrir y gestionar el resultado. Sin duda las claves de estas dos priemeras victorias
foráneas. No es nada fácil aguantar como lo hicieron ayer los amarillos durante
el segundo tiempo. Tras romper la histórica imbatibilidad del Villarreal -todo un detalle de caballerosidad canaria esperar a que cumplieran el récord- los
de Setien se pusieron el mono de trabajo y demostraron que ya no sufren tanto
cuando no tienen el balón. No
hay que obviar que el fútbol, como dice Valdano, es un estado de ánimo y la
propia dinámica actual hace que el equipo se retroalimente, estando más seguro de
sí mismo. No obstante, intangibles aparte, las razones de esta metamorfosis defensiva son
claras: mayor solidaridad a la hora dé defender (ayer Montoro, Nili y Nabil
fueron esenciales en este aspecto), líneas más juntas, ordenadas y coordinadas
en el repliegue y, por supuesto una zaga en estado de gracia. Los que dudábamos
de la fiabilidad de David García en Primera dados sus años y la rapidez que se
exige en la categoría, hemos tenido afortunadamente que callarnos la boca.
Aparte de erigirse como héroe de la tarde con su vital testarazo, eL de
Maspalomas estuvo impecable en defensa, llegando siempre a tiempo para
frenar las embestidas locales y sin dejarse coger la espalda en ningún momento.
Nili llama a la puerta. Soñado debut como titular el del canterano. Setién
le otorgó su confianza ante la lesión de Tana y él correspondió al cántabro con
una primera parte para enmarcar, en la que las ganas de la primera vez se
juntaron con su envidiable físico e inherente desparpajo para amargar la
tarde a Marín. Incansable, todo un puñal en banda que no dudaba en golpear una
y otra vez hasta conseguir que el submarino amarillo hiciera aguas por babor sin cesar. En esto tuvo mucha culpa también un Renacido Di Momo que,
ayer en el medio vio mejor que nadie las líneas que tiraban el 29 y El
Zhar, descargando por los costados el juego de los suyos.
Así se recibe al Madrid, o a un grande en general. Con la momentánea y
relativa tranquilidad (prohibido dormirse) que dan estos nueve puntos de
aire fresco que permiten a su vez recibir a los de Zidane como la grandeza de éste y de
ambas entidades se merece. Los apuros o malos resultados suelen hacer que
jugadores y afición no saboreen como deberían la vuelta de uno de los mejores a
su feudo. Mañana empieza una gran semana para los amantes de este deporte y
residentes en gran canaria, la semana en la que vuelve el Real Madrid a la isla
15 años después de aquel golazo de su
ahora entrenador en nuestro anhelado Insular. Esa noche los amarillos se llevaron los tres
puntos ante una escuadra blanca que ayer le hizo un siete al equipo revelación
de la temporada. Sin embargo, en Pío XII se respira de todo menos miedo. ¡Arriba
d´ellos!
Foto portada: © udlaspalmas.es