Imagen de grande. La Unión Deportiva Las Palmas dejó ayer un rastro de perfección en su juego que ha conseguido disparar el optimismo hasta en los sectores más críticos. Y es que a la efectividad de la que ya había hecho gala en Valencia le sumó otra buena cantidad de registros tanto en defensa como en ataque y que consiguieron dejar al Granada - que venía de empatarle a todo un Villarreal - con un solo disparo a puerta en todo el partido. Se dominó el juego aéreo, sobre todo en jugadas a balón parado que tanto daño habían hecho en Valencia y se trabajó a la perfección la presión en campo contrario, provocando una cantidad de recuperaciones en zonas peligrosas que propiciaron, a su vez, una buena cantidad de oportunidades para los amarillos. Todo este despliegue de virtudes ha provocado que el equipo haya recibido un sinfín de halagos a nivel nacional que, aunque se mezclan con la pobre imagen mostrada por los andaluces, realzan aún más el trabajo realizado por los pupilos de Setién en este espectacular comienzo de temporada. Lógicamente, mantener esta imagen a lo largo de todo el curso será complicado pero los amarillos ya han mostrado al público internacional de que son capaces.
Liderato provisional pero significativo. Hace más de 30 años que la Unión Deportiva no copaba los puestos más altos de la clasificación en el torneo liguero. Es verdad que tan solo han transcurrido dos fechas del presente curso, pero es significativo que los grandes transatlánticos del fútbol español estén empatados a puntos con el representativo y, más aún, que tengan peor goal average dada la pólvora que acumulan ambos bandos. Para más disfrute de la afición amarilla esta situación durará, como mínimo, dos semanas "gracias" al parón liguero por selecciones, lo cuál combate la fugacidad del momento. La última vez que la U.D. fue líder a finales de la década de los 70, su entrenador era Miguel Muñoz y se acabó siendo segundo en liga y finalista en Copa del Rey, finalizando una de las temporadas más gloriosas de la historia del club...Veremos si este equipo repite la hazaña de su antecesor.
El gol psicológico esta vez invirtió el efecto. La máxima futbolística que dice que los goles que se meten justo antes del descanso son psicológicamente favorables para el que los anota se vino al suelo con el partido de ayer. La arenga de Setién en el vestuario - reconoció en rueda de prensa que estaba muy "cabreado" por la relajación del final del primer tiempo - surtió efecto entre los locales, que salieron tras la pausa con un extra de rápidez en la circulación y una verticalidad inusitada, favorecida en gran parte por la defensa adelantada de los granadinos. Los cuatro goles anotados en el segundo periodo - que pudieron ser incluso más - reflejan a las claras la superioridad apabullante de la que hizo gala la U.D. en este tramo del encuentro y que debería hacer reflexionar al autor de la tesis del "gol psicológico".
Rejuvenecido David García. El "kaiser de Maspalomas" era una de las incógnitas antes de comenzar el encuentro puesto que Mauricio Lemos ya estaba habilitado para jugar tras cumplir la sanción que arrastraba de la temporada pasada. Sin embargo, Quique Setién quiso hacer un ejercicio práctico de meritocracia dejando en el once titular al capitán tras el buen partido cosechado por el 5 en Valencia y vaya si le salió bien al cántabro. A pesar de que los andaluces no inquietaron mucho el área rival, las pocas veces que tuvieron la oportunidad de presionar la salida del balón, la zaga estuvo francamente bien para evacuarlo hacia el campo rival sin complicaciones y, cuando se la tuvieron que jugar por alto, David García no realizó ni una sola concesión, mostrando una seguridad que le hace ganar enteros para seguir formando parte del once inicial en Sevilla. Mauricio Lemos, por su parte, no fue ni convocado ocasionando una de las grandes sorpresas de la tarde. El charrúa tendrá que esperar a que esa misma meritocracia que lo encumbró precisamente a él a finales de la temporada pasada gracias a las lesiones de los compañeros le devuelva la oportunidad de seguir mostrando sus virtudes, que no son pocas. Pero hasta ese momento, el capitán tendrá la voz de mando sobre el césped.
La noche del Zhar. El franco - marroquí tuvo una tarde de esas "para enmarcar". Marcó dos grandes goles en los que demostró que, además de correr, también sabe definir, algo que se le había echado en cara en otras ocasiones. Además, también sumó una asistencia de gol tras una gran jugada personal por banda en la que dejó a Momo con la única función de empujar el balón para anotar el cuarto gol amarillo. Celebró su treinta cumpleaños - los cumplió el día anterior al partido - de la mejor manera posible, haciendo callar a aquellos que, como un servidor, creían que no había hecho méritos suficientes para ser acreedor de un puesto en el once y, de paso, volver a dar la razón a un Setién que siempre ha confiado en él, sobre todo, por el equilibrio defensivo que aportaba a un equipo construido para atacar.
Un Granada suicida. Decía Setién en la previa que este Granada iba a ser un equipo más complicado aún que el Valencia por su forma de jugar, un ideario que Paco Jémez siempre intenta inculcar a sus equipos, pero la realidad fue otra. Y es que un sistema de juego tan complejo y que requiere tantos automatismos como el de Jémez no se puede hacer efectivo en tan poco tiempo. Si a eso le unimos que el Granada ha perdido a sus mejores jugadores - El Arabi, Success o Rochina - pues tenemos un puzzle que no se puede unir sólo con la poesía que intenta transmitir Jémez, el cual declaró al final del partido que fue el mejor jugador de la U.D., haciendo gala de una caballerosidad inaudita hacia sus jugadores pero olvidándose quizás de que la buena actuación de los amarillos fue la principal causa de la inacción de sus pupilos. Por su apuesta por el buen fútbol esperamos que Jémez pueda engrasar la maquinaria de la que dispone, algo que sin lugar a dudas proporcionaría otro aliciente más a esta Liga de las Estrellas.