31 de agosto de 2016

[OPINIÓN] "LA DECISIÓN"


Hagamos un ejercicio. Miremos hacia atrás un poco. El 19 de octubre de 2015, Paco Herrera fue destituido. Pensemos bien. Octubre. La temporada estaba desperezándose todavía; los jugadores asimilando el cambio de división en las piernas y en la piel y se tomó la decisión. La Unión Deportiva Las Palmas era penúltima, sólo había ganado un partido (al Sevilla en el Gran Canaria) y tenía, además, sólo dos empates y cinco derrotas. Cierto es que el calendario nos deparó a los trasatlánticos casi de manera consecutiva. Pero se tomó la decisión. Fue sorprendente porque llegó en la jornada ocho. Sonó apresurado, poco paciente. Pareció un error, sin duda. Porque era Paco; el que nos había subido. Pero se acertó de pleno. 

Quién sabe si no estamos ante la decisión más trascendental en la historia reciente de la UD. Con Herrera el equipo jugaba a sobrevivir, y todos lo hubiéramos firmado. Mantenernos aunque fuera boqueando como un pez buscando aire en La Rosaleda. Todos hubiéramos firmado ir a Málaga a jugarnos la vida, pero no hizo falta porque la decisión que se tomó salió perfecta, fue decisiva y eficaz.

Y salió perfecta porque Setién calzó perfectamente su idea con nuestros pibes. A los tres días de llegar, el Villarreal visitaba Gran Canaria y se empató a cero. Hubo detalles, Tana, por ejemplo, pasó tras tres entrenamientos de excedente a titular y respondió. El equipo no pretendía sobrevivir sino mostrarse. La actitud era otra. La UD dejó de estar agazapada para empezar, poco a poco, a sacar pecho. Roque, en el Bernabéu, una semana después, perdió un balón iniciando el juego de ataque y costó un gol, el primero, y ese error fortaleció a Roque, a Setién, a su idea y a todos. Lejos de culparlo, le ayudó. Hoy en día Roque Mesa es faro, foco y guía. Y en aquellas derrotas no lo vimos tan claro como ahora. 

Meses más tarde, Javi Varas dio un mal pase y Rodrigo solo tuvo que empujarla para darle al Valencia el cero a uno. Y no pasó nada. Ninguna recriminación porque todos habían entendido que esa era la idea, que esa era la fórmula para llegar a tierra prometida. Aquel partido se remontó, como la trayectoria amarilla, tras tocar fondo dos veces (en Getafe con Herrera y en Vallecas con Setién, día en el que Aythami alzó la voz cuestionando el modelo. Pero se equivocó. Todos lo vimos después y él también. Quizás aquel día sólo Setién y Sarabia creían, pero fue suficiente esa fortaleza y esa capacidad para cambiar el devenir por el que discurrían las cosas y es justo recordarlo ahora)

Traer a Setién fue traer una decisión. Una brújula. Un camino trazado e inalterable. Que eso engarce como el zapatito de cristal ajustado perfectamente al pie de Cenicienta es maravilloso y corresponde a un trabajo muy bien realizado por la comisión deportiva que encabezan Ramírez, Cruz y Helguera.

La UD hoy es líder de Primera División, algo anecdótico, pero es hermoso volver la vista atrás y pensar en la excelente y arriesgada decisión. Sólo queda felicitarse por ello y desear que Quique Setién este mucho tiempo aquí, casi diría que sin importar los resultados; debe ser él quien lleve las riendas de nuestro equipo señero sin par simplemente porque se ajusta sorprendentemente, como un guante, a nuestros sueños.




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