14 de octubre de 2016

LA TELARAÑA VENCIÓ ESTA VEZ (0-0)



La UD Las Palmas y el Real Club Deportivo Espanyol empataron a cero en un encuentro en el que sólo los amarillos trataron de desequilibrar el marcador.

El Espanyol se presentó en el Gran Canaria con intención de sacar un punto y así fue. Lo consiguió. Chapeau para ellos. La UD fue el único equipo que propuso algo en el césped. El Espanyol, Quique Sánchez Flores, buscó un encuentro denso, de cuchara, táctico y la UD lo aceptó a regañadientes. Hubo, eso sí, minutos lúcidos y opciones para marcar: Boateng en la primera y en la segunda parte tuvo la posibilidad disparando a Diego López, aunque escorado ambas veces, en una ocasión por la por la derecha y la segunda por la izquierda y no pudo ser, ambos tiros fueron demasiado centrados. Livaja, en el diecinueve se sacó de la chistera un buen tiro de fuera del área. Y entonces llegó lo que deseaba Sánchez Flores; un balón largo, a la espalda de la defensa y el esférico quedó en un dos contra uno frente a la portería que hoy defendía Raúl Lizoian. El pase de Baptistao a su compañero Gerard Moreno, con Raúl prácticamente batido, fue interceptado por un purasangre que vive en Maspalomas y que respira amarillo desde los años en los que navegábamos por las catacumbas del infrafútbol: David García apareció y frenó un gol cantado.



La tónica se repitió todo el duelo. El Espanyol atacaba dejando seis jugadores posicionales en zona defensiva, (los defensas más Javi Fuego y Marc Roca) en su momento más álgido, pero hubo tramos en la segunda parte en que su disposición táctica fue de 4-6-0.


Y así, lentamente, pero de un modo inexorable, la UD se metía en la red de la tela de araña y no sabía que hacer, pese a los intentos, una vez dentro de ella. Bien armado, seguro en su racanería, el Espanyol construyó un muro para conservar el punto que daban por bueno casi desde ayer y la UD no pudo, no supo, derribarlo. Setién quitó a Vicente para meter a Tyronne buscando una mayor apertura por las bandas del juego amarillo; metió a Araujo y lo juntó con Livaja y, al final, casi de un modo testimonial, metió a Bigas, pero nada movió el marcador.




La Unión Deportiva Las Palmas, como los grandes, debe aprender a jugar con todo el equipo rival sometido a su dominio absoluto del cuero y no queda otra que adaptarse a que te cojan la matrícula y te tengan respeto. Doce puntos y tercer empate seguido, pero con un camino trazado que conocemos y que sabemos que nos acabará llevando a la tierra prometida de la permanencia. La tela de araña venció esta vez, pero la mayoría de veces no será así. Esta Unión Deportiva ya lo ha demostrado.




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