25 de octubre de 2016

OPINION II A SU DUDA SR. SETIEN, YA LE RESPONDO YO QUE NO



Quique Setién, en un alarde de contención emocional, hacía pública en la rueda de prensa posterior al partido del Madrigal del pasado domingo, una cuestión que ya se había planteado más de un aficionado amarillo durante el incidental desarrollo del encuentro. Textualmente dijo, "Tengo la duda de si al revés hubiera tenido los huevos de pitarlo". Se refería, lógicamente, al penalti pitado por Jaime Latre en la acción entre Roque y el italiano Sansone y que provocó el empate del equipo castellonense. Y como al bueno de Setién nadie ha tenido la cortesía de sacarlo de su incertidumbre - es más, igual lo sancionan por plantear tan legítima cuestión -,  intentaré en unos pocos párrafos resolver la ecuación con datos e imágenes que ilustren mi sentencia.

Vaya por delante que no soy de esos que continuamente intentan justificar las derrotas de sus equipos en las acciones arbitrales a pesar de las malas actuaciones de los suyos. Pero, al contrario de lo que opinaban los comentaristas de Bein Sports, pienso que el partido fue mucho más igualado de lo que nos vendieron. En los datos me baso: La U.D. tuvo un 55,2% de posesión (Fuente: marca.com) y dispuso exactamente de los mismos remates entre los tres palos que su adversario, cuatro. Por tanto, tanta igualdad sólo se pudo romper con detalles que, en mi opinión, esta vez fueron ajenos al juego puesto que de esos cuatro remates que dispuso el Villarreal, uno se lo otorgó el trencilla y otro tuvo que ser anulado por venir precedido de una clarísima falta del jugador que finalmente culminaría la jugada.

Roque y Sansone, los actores de la jugada que marcó el encuentro

Pero vamos a centrarnos en resolver la duda del entrenador Setién. La jugada del penalti se inicia en un balón largo que disputan Roque y Sansone en carrera. Ambos jugadores se internan en el área visitante y es ahí cuando el italiano, - sin opciones reales de llegar al balón -  al sentir el brazo del jugador teldense - al que le saca no menos de 20 cms. - cae al suelo por delante de este para darle más énfasis aún al desmayo sufrido. Visto en directo puede parecer un atropello en toda regla pero si lo examinamos detenidamente podemos apreciar que se trata de un forcejeo de esos que se producen entre 20 y 30 veces por partido - sobre todo en los córners - y que muy rara vez, y menos por un árbitro de primera división, son señalados como falta. Como ejemplo de lo que digo pongo esta imagen sacada del Valencia - Barcelona jugado sólo un día antes. Vemos como Denis Suárez y Mascherano fijan su marca con los brazos sobre el jugador rival, una acción muy común en cualquier partido. Sin embargo, estas acciones se interpretan como forcejeos propios del lance del encuentro y no como acciones punilbles ya que, en caso contrario, estaríamos pasando por alto el hecho de que el fútbol es un deporte de contacto físico y nos iríamos a la centena de faltas por partido, con las interrupciones que ellos supondría.

El Valencia PIDIÓ PENALTI en esta acción entre Mascherano y Mangala. ¡Lo ANALIZAMOS en #ChiringuitoPolémica!

A esta explicación técnica hay que añadir el hecho de que Sansone, como todo buen jugador italiano, estuvo probando el lanzamiento a la piscina durante todo el partido. Así ocurrió en la primera parte, cuando un descarado piscinazo suyo debió ser castigado con tarjeta y el árbitro miró para otro lado. Los buenos árbitros conocen este tipo de detalles y los tienen en cuenta a la hora de juzgar una acción tan relevante, pero Jaime Latre lo pasó por alto y, en mi humilde opinión, fue víctima de lo que Valdano acuñó como "miedo escénico". No quiero entrar tampoco en la razón por la que la U.D. recibió más tarjetas amarillas que el rival cuando hizo menos faltas, ya que este es un debate mucho más largo que afecta a todos y cada uno de los partidos disputados por el representativo y al que, incluso a nivel nacional, le están buscando respuesta.

No tuvo el mismo criterio, sin embargo, el colegiado aragonés cuando la jugada se invirtió de colores y quizás esa sea la principal razón del enfado de la parroquia amarilla. En el segundo gol, anotado por Bakambú, el franco - congoleño, se apoya con su brazo en su marca, Montoro, y lo arrolla en lo que en baloncesto sería definido como "falta en ataque" puesto que el centrocampista estaba estático en su marcaje obstaculizando correctamente la pared que lanzó el jugador rival. Sin embargo, incomprensiblemente, esta vez el árbitro que, como se aprecia en la foto, está encima de la jugada, cambia de criterio y entiende que la acción no es punible dejando continuar ante el asombro de los jugadores visitantes que veían como una vez más esta temporada perdían la ocasión de puntuar en el estadio de un equipo Champions por decisiones como mínimo controvertidas de los jueces de la contienda.
























Por tanto, Sr. Setién, me permito resolverle la duda: Jaime Latre no hubiera tenido la testiculina suficiente para pitar ese mismo penalti en el área de Asenjo, puesto que sólo el "miedo escénico" citado anteriormente justifica las decisiones adoptadas por un árbitro que se presume, de la máxima categoría. Para más inri, el hecho de que se repita el escenario final de Sevilla provoca mayor indignación aún ya que se empieza a convertir en tendencia dejar sin premio las grandes actuaciones de la U.D. en los grandes campos. 

Foto de portada: @marca.com




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