La UD Las Palmas venció al Athletic de Bilbao en un duelo vibrante que se resolvió en los últimos minutos. El equipo de Setién acaba la jornada 13 en la décima posición a 10 puntos del descenso.
El Athletic de Bilbao arrancó el partido con la intención de ser protagonista y la UD un poco por iniciativa y otro poco por las circunstancias, esperó.
Las aproximaciones eran del Athletic; la primera llegó en un balón al espacio para Aduriz que cayó entre Bigas y David García, el árbitro no pitó nada en la carga que bordeó la legalidad. Raúl García, en el 18 remató fuera un córner.
El dominio vasco era manifiesto. Todo cuanto se hacía en el campo lo decidía el Athletic; sabedores, perros viejos, de que su momento llegaría, haciendo faltas tácticas que evitaban que la UD se metiera de lleno en el partido, prohibiendo que la fluidez en el ataque amarillo llegase. Beñat, con el metrónomo en mano marcaba el compás. Pero el gas se fue, poco a poco, y el Athletic, que seguía con el balón, no hizo daño real.
Livaja, con poca, pero decisiva participación, generó la posibilidad de mayor peligro amarillo en los primeros minutos del partido. Un taconazo dejó un espacio para Viera que no vio mejor colocado por banda a Boateng y en el minuto 40, el croata repitió el gesto y generó la jugada que daría pie al primer gol. Tras ese toque precioso a Tana, éste pasó al hueco ante una descolocada defensa vasca y Macedo, en carrera, centró para que Kevin - Prince Boateng (quinto gol suyo) llegara al primer palo adelantándose a la defensa e hiciera el primero. Un chispazo, un instante de lucidez colectiva, era suficiente.
En la reanudación, la inercia de los últimos minutos de la primera parte se multiplicó y la UD creció dando un paso de gigante en pos de los tres puntos cuando Tana, aprovechó un mal repliegue de la defensa vasca para dejar solo a Momo, que acababa de salir por Boateng en el descanso, para que el mayor de los Figueroa, el Señor Momo, marcase el segundo cruzando el balón.
Este gol serenó a la Unión Deportiva que jugó una segunda parte aprovechando la indecisión de la defensa del Athletic de Bilbao. Así, hubo jugadas llenas de magia entre Viera, Tana y Roque que, entre paredes y movimientos perfectamente ejecutados pudieron acabar con el tercero para los amarillos. Hubo otra combinación entre los mismos actores de antes, en la que un contraataque perfectamente llevado por Roque acabó con un pase a Viera que, viendo la llegada de Tana se la cedió y éste quiso culminar la acción con un taconazo que, acabó en el palo y que, de haber entrado, hubiera sido un auténtico escándalo. Pero no entraron y el partido siguió vivo.
Aduriz, en una protesta por golpear a Bigas recibió una amarilla y una roja y, esto, que parecía la puntilla, sería un espejismo cuando, minutos después, Macedo golpease el balón con la mano dentro del área y Raúl García anotase el penalti para acercar a los vascos a la lucha por los puntos.
El empate pudo llegar en una internada que acabó con un remate de Mikel San José que Varas paró en un alarde de reflejos; en el rechace, Lekue pudo marcar, pero se encontró la pierna salvadora de Montoro, que había entrado minutos antes por un Roque amonestado y que se perderá el partido en Mendizorroza.
El Athletic iba con todo, con un jugador menos, a por el gol que les diera el punto y la UD aprovechó para hacer un contraataque que cerrase el partido. Momo tocó por banda y abrió para un Livaja que ha podido hacer su mejor partido del año tras aquel remoto partido en Mestalla y cedió para un Viera que solo, desde casi el centro del campo, pudo decidir qué hacer ante un Kepa que también estaba a media salida y decidió lo que los genios, vaselina y para casa desde fuera del área. Los puntos se quedan en el Gran Canaria.
La UD acaba la jornada 13 con 19 puntos, a 10 del descenso, y a 3 de la Europa League.