El partido se presentaba como una prueba para la plantilla tras las sonadas declaraciones previas al partido de Setién. La revolución que se anunciaba solo presentó la baja, ya conocida, de Jonathan Viera.
Se hablaba mucho, pero cuando empezó el partido toda la polémica desapareció porque la pelota es la que manda aunque todo el entorno alrededor del verde cada vez esté ganando más peso en el mundo futbolístico. La UD empezó el partido dominando; un tiro cruzado de Livaja acabó en córner en el minuto 6.
En el 13, una volea de Mateo dentro del área tras centro de Hélder, acabó, tras tocar en Sidnei, dentro de la portería. Tres goles en seis partidos. Gran inicio de año del argentino que ha derribado, claramente, la puerta para quedarse.
Como en Madrid, en Liga ante el Atlético, la UD dejaba suelto a Roque y a Vicente con Montoro más fijo. Ambos, Roque y Vicente generaban, con su presión la opción de ganar balones al espacio, en los huecos entre defensa y centro del campo, y ahí con las conduciones de Roque y con un pletórico Mateo García el equipo fue construyendo el relato del partido.
Pudo llegar el segundo en una conducción del de Telde, que cedió a Hélder Lopes y éste, con un gran centro a Macedo -de lateral a lateral- remató centrando el pase que se había quedado escorado.
En defensa el equipo se mostraba bien plantado, seguro, y Javi Varas no tuvo trabajo en toda la primera parte.
En la segunda parte la UD salió en busca del ansiado segundo gol que no llegó. No hubo excesivas ocasiones, solo una clara de Vicente que se marchó alto tras gran jugada de Mateo y centro de Hélder, pero sí merecía más la Unión Deportiva porque era el único equipo que proponía algo en el césped. Mateo y Livaja, especialmente; y Roque, otra vez conduciendo el balón en carrera eran los que más generaban. Pero, como ha pasado tantas veces en la historia del fútbol, el equipo que no cierra un partido puede acabar volviéndosele en contra y así fue. Un mal control de Mateo y una posible falta al argentino que no se pitó provocó que Emre Çolak diera un gran pase al espacio a Florin Andone y el rumano, tras controlar y encarar a Lemos, marcó el empate.
A partir de ahí, el guion cambió, Garitano decidió desplegar las velas un poco, tratar de llevarse los tres puntos y la UD se replegó, buscando conservar, al menos, el botín de un punto. Y así acabó todo.
En los últimos minutos debutó el aldeano Benito, lo cual siempre supone una excelente noticia.
La UD acaba la primera vuelta con 25 puntos; sin perder en casa, pero en esta semana extraña cabe una pequeña reflexión: si el equipo de verdad quiere mirar para arriba son estos puntos los que no deben escaparse, es en estos duelos, en estos detalles, donde está el conseguir escalar, en conseguir la permanencia, que va a llegar, antes de lo previsto y poder soñar. Parece difícil, pero no es imposible. En Quique Setién we trust.