Por Alejandro Arbelo.
La U.D. Las Palmas cumplió con los pronósticos y cerró la temporada 2016/17 con una nueva derrota a domicilio frente al Deportivo de La Coruña (3-0). En un partido de trámite para gallegos y canarios, los amarillos mostraron nuevamente las mismas deficiencias de todo el curso y cayeron otra vez goleados. Fin de la era Setién en la U.D. y fin de un segundo tramo de competición que ha supuesto una auténtica agonía para todos...
Escribía desde esta misma tribuna hace unos meses que Las Palmas se había convertido en el perfecto Doctor Jeckyll y Mister Hyde según jugara en el Estadio de Gran Canaria o lejos de él. Tras varias semanas en las que se desencadenaron los acontecimientos en el seno de la entidad, pareció que el Doctor Jeckyll -ese equipo que maravilló con su fútbol a propios y extraños y que volvió a situar a la isla en el mapa futbolístico mundial-, abusó de la poción, sin hacer distingos ya entre los partidos de local y de foráneo, y emprendió un camino de no retorno, en su versión más tremebunda, firmando una segunda vuelta paupérrima y vergonzosa. La ilusionante U.D. de los primeros meses se auto combustionó y de ella ya no quedaron ni los rescoldos...
Tras la enésima humillación a domicilio, la U.D. acaba el curso 14ª, en tierra de nadie, con el dudoso honor de ser el segundo peor visitante del campeonato (el que más derrotas ha sufrido -15, igualado con el colista Granada-, con una sola victoria y como único equipo de LaLiga que ha recibido goles en todos sus desplazamientos). Para más inri, Las Palmas finaliza como el tercer conjunto más goleado en cómputo global con 74 goles encajados. En las últimas 10 jornadas sumó una sola victoria, un empate y 8 derrotas para un total de 4 puntos de 30 posibles (29 goles en contra). Terrorífico. Sin embargo, lo peor, más allá de las estadísticas y los números, esa sensación de descrédito y descomposición, de desplome y caída libre fruto de la indolencia. Menos mal que esto tenía fecha de fin...
Tras la enésima humillación a domicilio, la U.D. acaba el curso 14ª, en tierra de nadie, con el dudoso honor de ser el segundo peor visitante del campeonato (el que más derrotas ha sufrido -15, igualado con el colista Granada-, con una sola victoria y como único equipo de LaLiga que ha recibido goles en todos sus desplazamientos). Para más inri, Las Palmas finaliza como el tercer conjunto más goleado en cómputo global con 74 goles encajados. En las últimas 10 jornadas sumó una sola victoria, un empate y 8 derrotas para un total de 4 puntos de 30 posibles (29 goles en contra). Terrorífico. Sin embargo, lo peor, más allá de las estadísticas y los números, esa sensación de descrédito y descomposición, de desplome y caída libre fruto de la indolencia. Menos mal que esto tenía fecha de fin...
Mucho se escribirá sobre las causas que han llevado al equipo a pasar de encandilar a hacer sufrir a su afición, pero a pocos se les escapa que se ha fallado a todos los niveles. Reprogramar los objetivos iniciales con premura y algarabía (se habló pronto de Europa sin tener atada la permanencia, fichando ad hoc en el mercado invernal); mediatizar la plantilla como si ello fuera garantía absoluta de éxito (¿se puede hablar ya de fiasco en el caso de Jesé?); la mala gestión de las negociaciones con Setién, sacándola de los despachos; tal vez el anuncio prematuro de éste de su marcha a final de temporada; los actos de indisciplina en el vestuario y la publicidad 'extra muros' del "rincón de pensar"; el bajo rendimiento de algunos jugadores y parcelas concretas, tales como la portería...Seguro que usted, estimado lector/a, tiene la misma sensación que yo de que, de incurrir en las mismas pifias, Las Palmas podría dar con sus huesos en Segunda más pronto que tarde...
Afortunadamente, el suplicio acabó y toca hacer borrón y cuenta nueva, empezando por el banquillo. Setién deja la obra inconclusa, pero con grandes pinceladas de lo que esta U.D. puede llegar a hacer. Ahora toca enmendar la plana, aprender de los errores y seguir desarrollando el proyecto en la élite -de cantera a ser posible-. A partir de agosto, la tercera temporada consecutiva en Primera, todo un hito en los tiempos modernos del club. Que ustedes lo disfruten (con menos sufrimiento, esperemos). Vamos U.D.
Afortunadamente, el suplicio acabó y toca hacer borrón y cuenta nueva, empezando por el banquillo. Setién deja la obra inconclusa, pero con grandes pinceladas de lo que esta U.D. puede llegar a hacer. Ahora toca enmendar la plana, aprender de los errores y seguir desarrollando el proyecto en la élite -de cantera a ser posible-. A partir de agosto, la tercera temporada consecutiva en Primera, todo un hito en los tiempos modernos del club. Que ustedes lo disfruten (con menos sufrimiento, esperemos). Vamos U.D.