20 de mayo de 2017

TRISTE EPÍLOGO DE LA ERA SETIÉN EN CORUÑA (3-0)


La UD Las Palmas se despidió con una derrota foránea respetando su línea de toda la temporada: errores defensivos, roma en ataque, posesión estéril e incapacidad para reaccionar. Una situación que a esta alturas ni sonroja ni enfada a gran parte del aficionado. Triste final para la era Setién. 

Por momentos el encuentro de Riazor pareció una pachanga de verano por el aspecto de las gradas o el sol atípico que iluminaba el estadio. Pero en el Dépor, salvado in extremis, habían jugadores con hambre y ganas de reivindicarse como el rumano Andone. Él sólo se aprovechó de un error al poco de comenzar para en el minuto 4 marcar el primer tanto del partido y poner todo en orden (sic). 

Si algo hay que reconocerle a esta UD Las Palmas es que su fe inquebrantable en la defensa del estilo de fútbol rumiado que acumula la posesión (64% en el total del partido) es un tren infalible: nunca descarrila. Otra cosa es que si esa posesión es estéril o no, pues la inoperancia en ambas áreas la han condenado a un 14º puesto que, más que nunca, sabe a tierra de nadie. Soñó con pelear por Europa para acabar sufriendo como un descendido pero sin serlo. 

Foto: ©LaLiga.es
Mientras la UD cavilaba su ser o no ser, un contragolpe fugaz y pleno de furia de Andone se comió a Hélder Lopes (se desarmó en su estéril carrera) y definió con claridad ante un impotente Lizoaín. Poco después, Ola John se vistió de extremo superclase y como un cuchillo en mantequilla se introdujo en una indolente defensa amarilla sin resistencia alguna de Simón y que centró al segundo palo donde Bigas y Lizoaín no aciertan a despejar para que Carles Gil empujara con pasmosas tranquilidad en área chica el tercer tanto.  Tras este gol el el partido decayó en todo, en interés pese algunas acciones aisladas en ambas áreas, el equipo claudicó incapaz de mostrar todo su potencial  como en los últimos dos meses. 

Si hubiese posibilidad de realizar un electrocardiograma al nivel futbolístico de los equipos, sin duda el de Unión Deportiva sería un pitido y una línea recta infinita. Desde que se certificó virtualmente la salvación ante el Villarreal (con los puntos en la mano fue ante el Alavés) el equipo se abandonó al no haber otros objetivos tangibles y tan sólo quedaba cumplir cual funcionario con el expediente. Sin aliento del lobo en la nuca o con la zanahoria por delante, no había forma de hacer que este burro caminara hacia adelante.  El estado anímico del equipo ante cualquier contratiempo era frágil, ante el primer revés, el bajón era notable. 

Foto: ©LaLiga.es
Setién se despide de la UD Las Palmas con unas cifras que no describen en su totalidad su paso por Gran Canaria, pero sí que explican con somera exactitud los males que aquejan a este equipo y que, en gran parte, seguirán la temporada próxima sin Setién al mando. El objetivo se logró, aunque fue empañado en el final de la temporada cuando ya no había nada en juego. Ahora, entre todos, queda renovar nuestra ilusión de cara a la próxima campaña. 




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