Otro secreto a voces de este mercado estival que por fin se ha concretado como cierto. Hernán Darío Toledo (20 años, Sastre, Santa Fe, Argentina) es nuevo centrocampista ofensivo en el plantel de Manolo Márquez cedido durante los próximos 18 meses. Jugador hasta hace unas horas de la Fiorentina de la Serie A italiana, llega al fútbol español para intentar despuntar en Europa y relanzar su carrera.
Toledo, que llega con pasaporte extracomunitario, se encontrará con hasta tres compatriotas: Calleri, Araujo y Mateo (aunque este último saldrá cedido). Las tres fichas de extracomunitarios quedan de momento en manos de Lemos, Araujo y Mateo (las tres plazas de jugadores extranjeros que se pueden tener como máximo en plantilla). Por fin la UD puede hacer hueco a esta promesa del fútbol argentino que lleva sonando desde el pasado verano como futurible amarillo pero que finalmente acabó en la Fiorentina italiana, donde ni siquiera ha llegado a debutar, y posteriormente fue cedido al Lanús argentino. El jugador llegará cedido por un viejo conocido, el Club Deportivo Maldonado de Uruguay cede al jugador por un año con una opción de recibir un 15% de su futura venta y se contempla la opción de continuar una temporada más.
Hernán Toledo, el espigado jugador de 1,80 de estatura y alrededor de los 70 kg de peso, debutó en Vélez Sarsfield en la 2015-2016 en la 1ª división argentina jugando un total de 19 partidos y haciendo un único gol en febrero de 2016 en la victoria de Vélez sobre Argentinos en La Paternal. Un golazo calificado de obra de arte que le situó en la escena futbolística mundial y por el que desde entonces se encuentra presente en la agenda de cientos de ojeadores deportivos de primer nivel.
El flaco Toledo, diestro, juega como extremo izquierda y destaca por su velocidad, verticalidad y control del balón en carrera. Es sin duda el perfil que necesita Las Palmas para ganar profundidad por las bandas, una cualidad de la que carecen jugadores como Tana, Momo, Viera o el propio Boateng, con tendencia a irse más al centro en juego combinativo con los delanteros y centrocampistas, y con libertad también para aparecer casi por cualquier parte.
El fútbol italiano (así como el inglés en el caso del otro gran rumor, Jonathan Calleri) es muy diferente al argentino y la adaptación de los jugadores sudamericanos a las ligas europeas no siempre sale bien. Más allá de la barrera del idioma y las costumbres del lugar, la velocidad del juego y la técnica supone un cambio demasiado grande al que no todos los futbolistas saben amoldarse. Pero la cosa cambia en España, y especialmente en la Unión Deportiva, donde los jugadores argentinos se han amoldado siempre a la perfección y han podido brillar con luz propia.
Es curioso como el equipo amarillo ha pasado de ser una de las más feas del baile tras este último ascenso a una atractiva opción con la que muchos jugadores de calidad contrastada (aunque en horas bajas) quieren arrimarse no sólo por enraizar y proyectar sus carreras sino porque el estilo de fútbol de defiende la entidad y la posibilidad de jugar junto a futbolistas como Viera, Boateng, Tana y compañía se está añadiendo a la balanza en las negociaciones de la entidad amarilla, y resultando un valor de mucho peso, cuando el sueldo que se ofrece no es precisamente de Champions.
De resto, dejando a un lado las características y el currículum con el que llegan estos refuerzos, está la confianza ganada con creces por la Unión Deportiva en estas dos últimas temporadas de trabajo en su regreso a la Primera División para gestionar la plantilla y obtener el mejor rendimiento posible de cada pieza del tablero.