Por Nauzet Robaina
Hablar del municipio de Arucas ligado a la Unión Deportiva Las Palmas
nos obliga a echar la vista atrás y recordar tiempos pretéritos. Un viaje en la
memoria que nos lleva hasta los tiempos del legendario Tonono o, algo más
reciente en el calendario, a la época bajo palos de Manolo López, el gato
aruquense. Hoy, en la cadena de filiales de la Unión Deportiva Las Palmas hay
un nuevo felino, criado en la localidad norteña de Gran Canaria, que cada fin
de semana se enfunda los guantes con el objetivo de emular algún día a su
paisano y defender la portería del primer equipo amarillo.
Álvaro Robles Santana (Arucas, 1999) es el guardián de la portería del Juvenil A de la Unión Deportiva Las Palmas que compite en División de Honor y
que lidera la clasificación aglutinando todos sus encuentros como victorias,
siendo el equipo que menos goles ha encajado en lo que se ha disputado de
campeonato.
Iniciado en el fútbol base del Club Deportivo Santidad Banot, el arquero
Álvaro Robles llegó a la factoría amarilla en etapa alevín. Desde entonces y
hasta nuestros días, ha ido subiendo uno a uno todos los peldaños de la larga
escalera de equipos que componen la columna vertebral de la cantera de la UD.
Indiscutible siempre bajo el arco, Álvaro se ha ido consolidando como uno de
los porteros que mayor proyección apunta a tener en la etapa de madurez del
ciclo formativo.
Siempre presente en los combinados autonómicos tanto en categoría
sub-16, como en sub-18, este guardameta está considerado como uno de los
guardametas canarios más prometedores de su generación. Pese a que este curso
se ha convertido en el meta titular en División de Honor, su debut en la
categoría ya se había producido el curso pasado, con Pachi Castellano y José
Ojeda en el banquillo. Esta temporada, en el juvenil amarillo, ha disputado
prácticamente la totalidad de los minutos pese a la competencia que existe en
su puesto, ya que hasta cuatro porteros realizaron la pretemporada con el
equipo el pasado verano. Finalmente, Robles ha ganado esa competición interna y
se ha quedado como el actor principal para guardar las redes del equipo.
Se trata de un guardameta que destaca fundamentalmente por los reflejos
y su rápida capacidad de reacción en acciones dentro del área, además de su
notable juego de pies. Siempre es una opción para sus compañeros de la
retaguardia que le utilizan como hombre libre en salida de balón. Probablemente
el aspecto que más juega en su contra es el pobre grado de exigencia al que
siempre se encuentra sometido un portero de la base de la Unión Deportiva en la
liga local.
Teniendo en cuenta ese déficit competitivo motivado por las
circunstancias actuales del fútbol canario, es complicado medir su evolución
respecto a otros chicos que juegan en su misma demarcación. Sin embargo, en las
ocasiones en las que tiene que intervenir, normalmente solventa la papeleta con
solvencia y minimiza las opciones de los rivales de transformar en goles las
opciones de las que disponen.
Hace escasas semanas fue citado para realizar un entrenamiento junto con
el primer equipo que dirige Pako Ayestarán, una circunstancia que no es nueva y
que ya se había dado en otras ocasiones en los últimos meses. Una vez concluya
su etapa juvenil y comience a competir en ligas con mayor nivel de
obligaciones, se podrá valorar de mejor manera si realmente está preparado para
el escalón superior. De momento, apunta bastante bien.