El partido arrancó con una ocasión clarísima para el Sevilla que David García paró bajo los palos tras un disparo de Ben Yedder. La jugada, un pase de Pizarro al espacio que Gálvez resbala antes de impactar con el balón, continuó con el delantero sevillista sorteando a Chichizola y cuando el gol parecía lo más obvio, el defensa de Maspalomas supo despejar con el pundonor que siempre le ha caracterizado. Era el 2'.
Los sevillistas se acercaban con peligro y la UD se iba estirando poco a poco. Una jugada de Sarabia que Gálvez mandó a córner fue otro ejemplo de esos acercamientos con peligro que se sucedían. Hubo una conducción de Correa que cede a Sarabia para que el madrileño disparase a Chichizola. El peligro estaba ahí, latente, en cada acercamiento.
La UD se mostraba segura, estabilizada ante las constantes llegadas sevillistas. Una falta lateral ejecutada por Viera y rematada por Calleri acabó en el palo, pero la jugada estaba en fuera de juego.
En el 35' una jugada individual de Sarabia que fintó fantásticamente bien y dejó a Aguirregaray roto acabó con un disparo cruzado que detuvo Chichizola y que Ben Yedder aprovechó para hacer, a placer, el 0-1.
El mayor empuje sevillista tenía recompensa porque estaban siendo mejores.
Peñalba parecía estar renqueante de esas molestias que le hacian ser duda y acabó por caer en el 40', siendo sustituido por Imoh Ezekiel. El Sevilla también hizo un cambio entrando el grancanario Sandro por Correa y la UD dio un paso adelante insuficiente porque siguió sin inquietar a un Sergio Rico que acabó la primera parte inédito.
Las bandas, hoy novedosas por la combinación que empleó Jémez con Nacho Gil y Jairo, resultaban inocuas, insustanciales, sin peligro y tras la lesión de Peñalba, Etebo ocupó su lugar de mediocentro y Viera, aún más, retrasó su posición por lo que el equipo estaba siendo bastante inocente y carente de sorpresa para una defensa sevillista bien plantada.
Con esto se llegó al descanso y Jémez recompuso al equipo metiendo a Tana por Jairo. Franco Vázquez centró al corazón del área en el 50' y Sarabia desviando la trayectoria del balón, llegando en carrera, hizo el 0-2.
Un Sevilla práctico, que esperaba replegado para salir a la contra como sucedió en el 64' en el que Gálvez llegó tarde a un cruce y el Sevilla pudo hacer el tercero con un disparo de N'Zonzi que Chichizola despejó a córner.
Halilovic entró por Nacho Gil, sin duda el once tipo que Jémez va encontrando tiene sus puntos débiles en los jugadores de banda, bien los recién llegados; Nacho Gil y Jairo o los que ya estaban Halilovic, Tana cuando cae a banda o Momo, lesionado. El equipo se hace muy previsible entrando por el centro e insustancial por las bandas.
La UD lo intentaba a chispazos: una falta centrada que disparó Gálvez y paró Rico depejando a córner. Una jugada individual de Ezekiel que forzó otro córner para un equipo que lo intentaba, pero que se mostraba inocente, previsible.
En el 81', una acción individual de Halilovic provocó un penalti de Layún que Calleri anotó haciendo el 1-2.
La UD, con más empuje que cabeza, lo intentaba, Halilovic centró para Calleri y este remató en falta. Montella trató de guardar el botín sacando a Escudero por Ben Yedder porque la UD había encontrado el ritmo idóneo tras la vitamina del gol.
Un balón a Calleri en el último suspiro del partido llegó a Alejandro Gálvez que, en carrera, se plantaba solo delante de Sergio Rico al que batió, pero la jugada ya estaba anulada cuando el central amarillo celebraba la acción. Las repeticiones apuntan a que estuvo mal anulado. Una pena grande. Cada punto es oro, pero hoy el equipo no estuvo del todo bien, el Sevilla conservó el premio y vio como al final casi se le complica. Hoy ha habido un frenazo, pero la UD parece haber encontrado un camino, aunque en días como hoy, haya resultado pedregoso, complicado, insuficiente.