Alejandro Arbelo. Tras lo de ayer en La Coruña, el objetivo marcado a fuego casi desde los primeros compases del curso para UD, la permanencia, es ya una cuestión de fe. Apelar a las matemáticas, a los puntos aún en juego y al calendario propio y de los rivales, es el argumento racional que invita a la prudencia, la paciencia y la esperanza. Pero en esto del fútbol, ya se sabe, las sensaciones y la inercia de un vestuario (y de un club) son tan capitales que ante la perspectiva del abismo, pocos dudan ya de que nos vamos a precipitar más pronto que tarde...Si bien el todo aún es posible, el juego que desarrolla esta UD, el estado físico de los jugadores, los resultados y el repentino resurgimiento del Levante, apuntan a un triste epílogo.
Se desinfló la remontada...Se hinchaba el pecho Paco Jémez para decir semanas atrás que el desafío de salvar por primera vez en la historia de La Liga a un equipo que en la primera vuelta solo había sumado 11 puntos era una de sus motivaciones. Le iban los retos. La frasecita, pesada losa, no representa a día de hoy más que una visualización ególatra del logro que habría de reconocérsele al míster en el supuesto de alcanzar el dorado. Todo apunta que no va a ser así...Pese a los méritos que hay que atribuirle al cordobés (atenuar la frágil moral heredada, el corte de la hemorragia defensiva, y la metamorfosis de un equipo de salón a otro más gregario), la cruda realidad es que el recorte de puntos meteórico que estaba registrando Las Palmas se debía más bien a las nefastas rachas rivales. Con el Málaga prácticamente desahuciado, tuvo que ser el Levante con su cambio de entrenador y sus dos victorias consecutivas el que terminara de poner en jaque a los ayer rivales, Depor y Las Palmas, destapando sus miserias...
...¿Se desinflaron los revulsivos? Tras la traumática marcha de Jonathan Viera, se confió en lo que había para gestar el milagro. No se trató de un clavo ardiendo, sino de que realmente había esperanzas depositadas en las nuevas incorporaciones, a la vista de su rendimiento. Tras los últimos resultados cosechados por el equipo cabe preguntarse si no basta con los Etebo, Aguirregaray y Gálvez, o si su efecto se empieza también a diluir, presa de la dinámica e impotencia manifiesta del equipo. Tal vez sea cuestión de aguantar demasiado peso sobre sus hombros, el cual debía haberse repartido entre otros amarillos, pufos manifiestos como Emenike, Ezequiel o Jairo. La realidad de la U.D. Las Palmas es ésta. Se duda de la calidad del equipo fruto de una mala política del club (la sombra de los quilates del equipo de Setién es alargada); los once que alinea Jémez no transmiten garantías ni seguridad al aficionado y se esperan con demasiada asiduidad rendimientos particulares para rescatar puntos (Erik y su gol en Vigo -que no sirvió para sumar-, la manopla salvadora de Chichizola ayer...).
Partido con atmósfera de Segunda en Riazor. Ayer no se pudo contra el Depor. Se decía que los gallegos estaban mal, sin experimentar un efecto Seedorf, pero finalmente Las Palmas no fue superior a ellos (puede que, a los puntos, los blanquiazules merecieran más que los amarillos la victoria). La final que había de dilucidar quién le mantendría el pulso al Levante una jornada más, acabó en hundimiento colectivo. El punto resulta insuficiente para ambos y, aunque en aras a mantener la fe (otra vez la fe), se diga que aún se puede soñar, lo cierto es que la rebaja de expectativas es notable para los dos conjuntos.
Única nota positiva. Al margen de la gran actuación del meta argentino de UD, hago una lectura en clave de futuro y apuesto por Halen Halilovic como relevo natural de Viera en este equipo. Todo apuntaba a Tana, pero el canterano física y mentalmente ni está ni se le espera para lo que resta de campaña...Quién lo vio marcar y brillar en el Bernabéu el curso pasado y quién lo ve ahora. Una pena.
Quien siga la actualidad de UD y haya leído estas líneas dirá que omito deliberadamente al palco y que debería cargar las tintas contra el Presidente y su séquito...La cuestión es que el reparto de culpas llegará en breve y por evidente, me resulta tedioso abordarlo...Los errores graves en el fútbol, como en la vida misma, se terminan pagando. Y esta directiva sabe que tiene que pasar por caja...Aún con todo, hasta el final, vamos UD.
