25 de marzo de 2018

LA CRÓNICA // DERROTA INMERECIDA (2-0)


Los jugadores de Las Palmas Atlético afrontaban el choque frente al Real Murcia siendo conocedores que en caso de victoria abandonarían el descenso directo tras los resultados de sus rivales directos ayer.  Un aliciente sobradamente motivador para enfrentarse a uno de los colosos de la categoría en un espléndido estadio como la Nueva Condomina. No obstante, la diosa fortuna le daría la espalda durante la mañana en la jugada del gol y acompañada con polémica arbitral. 

El partido arrancó muy igualado entre dos equipos que no parecían evidencia sobre el césped ni las distintas dinámicas con las que llegaban al choque ni la gigantesca distancia en la clasificación. El equipo de Juan Manuel Rodríguez con su ya clásico 5-3-2 se mostró muy sólido, bien colocado sobre el césped, mostrando una gran eficiencia defensiva, gracias a su colocación e intensidad y lanzados al ataque con velocidad cuando contragolpeaban y con criterio y pausa cuando les tocaba elaborar. 

En la primera fase del encuentro se vieron pocas ocasiones en las dos áreas, claras tan sólo una para cada equipo.  Por parte amarilla un disparo mordido de Jose Artiles y un remate fallido de Espiau. Por parte de los pimentoneros un tímido remate de Chrisantus que con la testa no inquietó a Josep Martínez. La igualdad estaba instaurada y ésta sólo se podría romper de dos formas: por un golpe de genialidad o una jugada desafortunada. Y fue la segunda y en contra de los intereses amarillos la que hizo acto de presencia. 


Un centro lateral de Santi Jara al corazón del área donde Chrisantus revoloteaba lo intenta evitar Eric Curbelo con tan poco fortuna que el balón choca en su pierna realizando una parábola diabólica que supera a un Josep Martínez sorprendido para alojarse al fondo de la red cerca del segundo palo (Min.22, 1-0) . Esta acción era un premio inesperado en las filas locales y un excesivo castigo para un equipo formativo que estaba realizando un partido notable en lo defensivo mostrándose como un conjunto sobrio, táctico y maduro como la categoría y las circunstancias requieren. 

El gol envalentonó a los locales que desde entonces decantaron levemente el campo a favor del arco que defendía Josep Martínez. Le tocó achicar agua a la zaga insular, pero ésta se mostró en todo momento resolutiva y bien colocada. El equipo grana acumuló ocasiones pero prácticamente ninguna clara de gol. El equipo de "JuanManué" intentó reaccionar pero sus acercamientos al área rival fueron contados. Eso sí, cada vez que lo hizo la sensación de rondar el gol estaba ahí, especialmente cuando eran jugadas a balón parado por saque de falta o córner. 

Tras el descanso, el guión no cambió en nada. El equipo amarillo mostró una solidez impropia de un equipo filial. A partir de la fortaleza de su esquema táctico y su excelente trabajo defensivo el equipo amarillo fue creciendo poco a poco. El Murcia se decantó por ceder algo de cancha y buscar las contras, especialmente con Jara como protagonista, como principal recurso de ataque. 



El equipo de Juan Manuel Rodríguez estaba realizando un gran esfuerzo físico e introdujo cambios para refrescar una sala de máquinas agotada por el esfuerzo. Así dio entrada el técnico de Las Alcaravaneras a Kirian y Carlos Glez por Fabio y Gopar respectivamente. Este intercambio de cromos dio resultado en el minuto 63 con una gran contra amarilla que pilló al Rea Murcia totalmente desprotegido. 

Sería un contralgolpe veloz, bien armado por la medular amarilla, que iba a finalizar Edu Espiau introduciéndose dentro del área para ser derribado entre el arquero y un defensor grana. El árbitro, muy cerca de la jugada, pareció señalar con sus gestos penal pero dejó seguir la jugada y en la finalización Jose Artiles a pesar que definió con suma clase sobre la línea de fondo, su disparo besaría la cepa del poste para acabar siendo despejado por la defensa local. La indignación amarilla se hizo mayúscula ante un flagrante penal que no fue pitado. Esta decisión arbitral condicionaría el resto del encuentro. 

Se intentó reponer el filial del error arbitral buscando el arco de Rivas pero no lo lograría nunca más con el mismo acierto. Tuvo que sufrir alguna contra local pero ahí se erigió la figura de Josep Martínez realizando alguna intervención de mérito. En las postrimerías del encuentro, Elady se sacaría de la chistera un penal con un empujó tan liviano que el árbitro pitó a diferencia del más claro sobre Espiau unos instantes antes. Una decisión que indignó aún más a la expedición amarilla. El propio atacante murciano no perdonaría y anotaría el 2-0  definitivo en el minuto 88

Un pobre Real Murcia terminaría llevándose los tres puntos en un partido que donde no se mostró superior a un filial que dio muestras de mayor solidez pero a la que la fortuna y el criterio arbitral le dieron la espalda durante toda la mañana.

Fotos: ©RealMurcia.es




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