Este sábado, a las 12:00, la UD Las Palmas juega la primera de las 10 finales que le quedan ante el RC Deportivo de La Coruña en un Riazor consciente de la importancia del duelo y con bajas sensibles ya que no estarán en las filas amarillas por lesión Peñalba y Etebo y por sanción Alejandro Gálvez tras su expulsión en las postrimerías del partido ante el Villarreal en el Gran Canaria el pasado fin de semana. Esto es, prácticamente, sin las incorporaciones de más peso en el equipo tras un ajetreado mercado invernal.
El
Deportivo de La Coruña, entrenado por Clarence Seedorf, llega al
partido penúltimo en la tabla con 19 puntos, uno menos que la UD y sin
que su míster haya conocido la victoria tras seis partidos con los
gallegos, únicamente 2 empates ante Espanyol y Eibar es su exigua renta.
Los amarillos, por su parte, vienen de sumar 9 puntos desde que se
inició la segunda vuelta, una renta poca alentadora, pero tras haber
superado un calendario infernal con enfrentamientos contra los alumnos
más aventajados de la categoría, quedando la excepción del partido
frente al Real Madrid de la semana que viene.
Ambos
tienen en el punto de mira no sólo su propio partido, sino que este
comenzará, de alguna forma, en la noche del viernes, con el
enfrentamiento entre el Eibar y el Levante y que ha acabado 2-1 para el
equipo valenciano, equipo que marca la frontera de la vida y la muerte
para los de abajo y que llevaba 15 partidos sin ganar hasta que cambió
de técnico poniendo a Paco López, ascendido de su filial por Juan Ramón
López Muñiz, y que ganó
la semana pasada en Getafe lo que unido a la derrota amarilla contra el
Villarreal ponga el cuenta kilómetros del último tramo de la liga a una
distancia de 4 puntos en contra de la UD. Con esta victoria la UD
arranca el partido a siete puntos de la permanencia, por lo que la
victoria es fundamental.
Llega
la recta decisiva de una temporada bochornosa y el equipo aún con todo
tiene opciones, es para darse con un canto en el pecho, pero para ello,
para seguir con posibilidad, ha de empezar a sumar y qué mejor que
hacerlo contra un rival directo que los dejaría prácticamente
descolgados y con un partido en el Ciutat de Valencia en el horizonte,
en quince días que pinta, si todo va bien para los intereses de la UD, a
final de Champions de los pobres.
La
última visita a Riazor acabó con victoria amarilla en Copa del Rey en
el único partido que ganó la UD de Pako Ayestarán, lo cual es un
aliciente ya que es de los pocos campos del país en los que se puede
decir algo positivo.
Para
el desplazamiento, Jémez se ha llevado a toda la plantilla con las
excepciones de Bigas y de Emenike, incluso han viajado jugadores
lesionados, como Peñalba, Dani Castellano o Etebo y sancionados como
Gálvez. Repiten en la convocatoria Erik, Benito y aparece Josep, portero
del filial. Ambiente de final. No queda otra.
Hay
dudas sobre si Jémez utilizará el 4-4-2 que ya puso ante el Villarreal o
si volverá a dejar a Calleri solo en punta, como venía siendo habitual
hasta la semana pasada.
En la previa dejó caer que "espero que volvamos a hacer las cosas mejor porque el otro dia estuvimos rematadamente mal" y tratando de quitar algo de hierro a lo que en juego expuso que "ni el que pierda se va a Segunda, ni el gane se va a salvar".
Pero todos los movimientos indican lo contrario: estamos ante un partido clave que hay que ganar para poder seguir nadando.