La Unión Deportiva saltó al terreno de juego del RCDE Stadium si nada que jugar en lo deportivo pero con un debe enorme respecto a su afición en cuanto a dignificar el escudo y la camiseta. Con esa obligación, recordada por el Miguel Ángel Ramírz y Paco Jémez durante la semana, el equipo amarillo presentó un once con varias novedades. Jémez agitó la coctelera y dio entrada a Chichizola en el arco, a Ximo en el eje de la defensa, Aquilani en la medular y Nacho Gil en el ataque. Un cambio por línea.
El equipo comenzó el encuentro como es de costumbre, sin alma, sin brío y sin reacción. En los primeros diez minutos el Espanyol disfrutó de un amplio dominio sin resistencia amarilla y acumuló un par de ocasiones que bien le podían haber otorgado dos goles y la tranquilidad. Pero a partir del minuto 15 Las Palmas creció, poco a poco, a través de la pelota y logrando, sin generar grandes y claras ocasiones de gol, un dominio que inquietó al graderío perico que reclamaba a los suyo mediante pitos una reacción que no llegaría.

Tras el gol, el Espanyol intentó reaccionar buscando la igualada, y logró en diversas oleadas encerrar a los amarillos en su área. Pero la torpeza ofensiva de unos y los aciertos defensivos de los otros, impidieron que llegara dicho tanto y se fueran al descanso con la victoria parcial de los visitantes en el marcador.

El último cuarto de hora fue un constante achicar agua de los amarillos. Ahí volvió a emerger la figura de Chichizola. Finalmente se amarró un punto que no sirve para nada, pero que restaña un poco la imagen deteriorada de una plantilla que hace justo una semana consumó un fracaso absoluto.