Las Palmas Atlético no lo tuvo fácil ante un sólido El Ejido que le exigió lo mejor de sí para lograr ese punto necesario para sellar la permanencia. Tuvo que igualar un 0-1 para lograr el objetivo ante un público entregado que copó el graderío del Anexo.
Ninguno de los protagonistas quería especular ni estar al tanto de resultados de terceros para lograr la salvación. El equipo amarillo llegaba a la última jornada dependiendo de sí mismo para lograrlo y centraban toda su atención en conseguirlo por el camino más corto y directo. No obstante, el Ejido, no quiso ser convidado de piedra a pesar de no jugarse nada, y se plantó sobre el mojado césped sintético del Anexo con solidez, seriedad táctica y oficio.
Los de Juan Manuel Rodríguez, con Edu Espiau como titular y con Erik Expósito en la banca tras regresar de Ipurúa con el primer equipo, quisieron llevar la iniciativa. No obstante, les costaba ante un conjunto celeste que no despreciaba la pelota y la gestionaba con sapiencia cuando estaba bajo su poder. El equipo amarillo intentaba morder la pelota sin caer presa de los nervios e intentaba generar juego por bandas con Benito y las llegadas de Diego Parras por el lateral. Incluso Edu y Kirian tuvieron en sus botas ocasiones para adelantar a su equipo pero no lo lograrían.
Sí lo haría el conjunto almeriense quien, por medio de Lolo, anotaría tanto tras una buena jugada colectiva. Ese gol hizo caer en una pequeña barrena al conjunto formativo, los fantasmas aparecían y el equipo andaluz tuvo hasta tres ocasiones claras que no fueron gol en parte por las buenas actuaciones de Josep Martínez, baluarte bajo el arco.
En el descanso se comprobaba que los resultados en otros campos eran favorables, pero en la mente de nadie estaba el depender de terceros. Así lo vio Juan Manuel Rguez que dio entrada a Erik Expósito, que volvía a vestir de corte con el equipo filial, tras dos meses enrolado con el primer equipo. Con la presencia del delantero tinerfeño la vocación ofensiva del equipo estaba clara: había que buscar la igualada.
Poco tardó el equipo filial en lograr la igualada. Un forcejeo entre Edu y Senah terminó con el delantero amarillo sobre el césped y el árbitro señalando el punto de castigo. Un rayo de luz caía sobre el cielo y señalaba a Pablo Santana como el elegido para anotar desde los once metros. Primer gol del centrocampista en este temporada y el gol más importante del curso. Nada más y nada menos.
Con el empate el equipo estaba de nuevo en tierra santa, pero aún así los nervios seguían estando presentes. No ayudaba tampoco el empeño de El Ejido de forzar lo mejor de los nuestros. Un equipo aguerrido en defensa que no dejaba generar casi juego y que cuando tenía la pelota inquietaba el área amarilla y hacía mascar un drama que nadie quería. El tramo final del encuentro acabó con el arco amarillo cercado por los visitantes, con los nuestros dándolo todo y con un público que reclamaba la hora. Cuando el árbitro pitó el final, se obró un milagro que se comenzó a gestar a menos doce puntos de la salvación allá en un lejano noviembre.