Sacó Jiménez en Mallorca el mismo once que derrotó al Numancia una semana atrás y lo hizo por vez primera. Esto es, el de El Arahal daba continuidad a Javi Castellano tapando los huecos y a Timor más suelto, con posibilidad de incorporarse al ataque. Arriba, Araujo seguía escorado en la izquierda, con Rubén y Rafa Mir en punta de lanza. El resto, los de siempre. Raúl en la portería, Lemos, David, Cala y De la Bella en defensa. En el centro del campo, además de Javi y Timor, estaba Ruiz de Galarreta tirado a la derecha, aunque con tendencia a incorporarse al centro y dejar la banda para las subidas de Lemos.
A los 7' un chutazo de Rafa Mir desde fuera del área provocó el primer gol de la tarde colándose por el palo más cercano a la portería de Reina. Muy buen gol de un delantero que está en racha. El pase, la apertura, previa al gran disparo del delantero amarillo fue de Rubén Castro.
En el 13' Rafa Mir, imperial, detuvo el tiempo en el área con un control de categoría y cedió para Araujo quien remató cruzado y al balón llegó Rubén para empujarla adentro y hacer el segundo de una UD asentada y con una pegada monstruosa, terrible, fantástica.
Por segunda semana consecutiva, el equipo amarillo llegaba a los 13 minutos hoy, -a los 20 la semana pasada- con un 2-0 en el marcador tirando de una voracidad insultante de su frente de ataque.
Raíllo en el 27' remató dentro del área un centro y Raúl estuvo espléndido, pleno de reflejos, para evitar el gol. Los locales motivados por el desnivel en el marcador llevaban el peso del duelo; la UD, agazapada, esperaba la suya a la contra en un error que ya empieza a ser rutina en este equipo. Es lógico que el equipo local perdiendo en casa se muestre impetuoso, pero no que te domine o que des un paso hacia atrás, casi como inercia, como plan, poniendo en peligro el botín que, con tanta superioridad, has obtenido.
Fruto de esa insistencia, el Mallorca en el 41' marcó el 1-2 tras aprovechar Lago Junior un fallo de Raúl Fernández al blocar un balón que golpea en su rostro y que cae mansa para que el delantero local marque a placer.
En el 45', Stoichkov remató un córner, el sexto que lanzaban en la primera parte, para hacer el empate adelantándose con la punta de la bola a Alberto De la Bella, sin que Raúl pudiera hacer nada ya que el remate se produjo a bocajarro y así se llegó al descanso.
Las dos caras de un mismo equipo en 45 minutos. Un candidato al ascenso con todas las posibilidades que tiene la plantilla amarilla no debe tirar sólo de pegada y guardar la ropa. Una primera parte de dos tramos: una arrolladora UD al inicio, 2-0, en el 15' y, desde ahí, el equipo empieza a distanciarse de la portería de Reina y el Mallorca acaba embotellándote en tu propia área hasta que te empata porque no eres capaz de gestionar el marcador y el tiempo, hacer que se juegue como tú quieres y no ir a merced del rival, entrar en ese juego que puede ser una ruleta rusa, como ha quedado patente en Son Moix hoy, como quedó demostrado en el Gran Canaria ante el Albacete, por ejemplo.
La tendencia con la que se fue al descanso continuó en la reanudación. En el 56', tras hacer un despeje, se lesionó David García y en su lugar entró Deivid, quien redebutaba en Liga con la UD, tras jugar únicamente el partido de Copa ante el Rayo Majadahonda.
Desde el 0-2, en el 13', lejos de crecer y cimentar su ventaja, la UD desapareció y Jiménez optó en el 53' por hacer un cambio que ya empieza a ser rutinario, quitó a Rafa Mir y metió a Tana.
En el 70', Rubén tuvo un mano a mano con Reina que no logró atinar el disparo tras un robo de Araujo. Era la primera aproximación importante de la UD tras los goles logrados en el inicio del partido. La actuación amarilla era un cohete fallido, un inicio espectacular que acaba en decepción.
Dani Rodríguez a la salida de un córner pudo hacer el tercero, pero el chut se fue desviado. Jiménez metió a Sacko por Ruiz de Galarreta que sigue pasando por los partidos como una sombra del jugador que puede ser.
En el 80' Sergio Araujo tuvo una ocasión inmejorable en la que hizo todo bien menos el golpeo final, lo decisivo, en definitiva; regateó, fintó y sólo erró cuando la acción ya parecía cerrada, cuando el gol era prácticamente un hecho.
Las Palmas trató de llevarse el duelo, el equipo tiró de garra y pareció más entero que su rival, al final, pero no le dio para hacer el tercero.
Un chispazo y a guarecerse; a eso juega el equipo. Un punto, sí, pero decepción debido a cómo se había puesto el partido, decepción por el plan. Decepción por ver cómo el equipo juega a la ruleta rusa cada semana.