La Unión Deportiva Las Palmas ha vuelto a vencer tras tres jornadas sin hacerlo. El equipo amarillo recupera sensaciones tras realizar un partido muy serio y pragmático, con mucha ortodoxia, y sin lugar a los lujos.
Sorprendió Manolo Jiménez con una alineación conciliadora respecto a lo que pedía el entorno amarillo. De un plumazo acabó con el debate de la delantera, cero especulaciones, no había dos nombres para dos puestos. Ni Rafa Mir, ni Rubén ni Sergio ARaujo, los tres de una tacada. El tridente ofensivo tuvo como víctima colateral a un Maikel Mesa que se vio relegado al banquillo para dar entrada a un Javi Castellano para formar línea con Timor en la sala de máquinas. Pólvora en la vanguardia y cemento en la medular.
No dio tiempo a muchos de sentarse en su butaca cuando ya se había cantado el primer gol amarillo. Una falta nada más comenzar el encuentro sobre Sergio Araujo, acabó con un centro al segundo palo que remató el propio delantero ayudado con la mano. No se había llegado aún al primer minuto de partido, corría el segundo 58, y ya mandaba Las Palmas en el marcador (1-0).
Tras este gol inicial, el partido discurrió en la normalidad: la UD no dominaba ni el Numancia se dejaba hacerlo. Mucho centrocampismo, presencia en ambas áreas pero con pocas ocasiones claras. Todo cambiaría llegado el minuto 20. Otra falta sobre Sergio Araujo (la segunda) provocó un nuevo tanto amarillo. Casi repitiendo los pasos del primero, el centro al segundo palo sí fue rematado correctamente con la testa por Rafa Mir para alojar el balón al fondo de la red (2-0).
Con el 2-0 en el marcador, el equipo jugó cómodo y a placer ante un Numancia que, ahora sí, comenzó a sufrir el peso del marcador. Varias ocasiones más llegaron en botas del tridente que dispuso Jiménez, pero ninguno de los tres, Araujo, Rubén o Rafa Mir estuvieron acertados. Sobrepasada la media hora de partido el equipo rojillo logró equilibrar las fuerzas ante una Unión Deportiva que se volvió más laxa y que le permitía acercarse en exceso a la espera de un contra donde matara el partido. Y en este último cuarto de hora de la primera parte estuvo el Numancia cerca de recortar distancias, pero en ocasiones Raúl Fdez y en otras la falta de puntería lo evitaron.
Tras el descanso el partido bajó en ritmo pero la Unión Deportiva se mantuvo con el colmillo afilado. Cierto es que hilvanar jugadas de fútbol asociativo y preciosista no, más bien breves combinaciones, muy verticales y en contragolpe con Rafa Mir y Araujo como principales protagonistas. El espigado delantero tuvo al menos dos grandes ocasiones en sus botas en sendos contragolpes que fueron desaprovechados por pecar de individualista para desespero de Rubén Castro. En el caso de Araujo, una jugada marca de la casa, control orientado en el vértice del área rival acabó con un disparo con rosca al segundo palo que besó la madera cuando todos esperaban ya cantar el gol.
La segunda parte fue más plácida finalmente de lo esperado. El conjunto soriano se mostró dócil cuando apuntaba intenciones contrarias al final de la primera parte. Casi entrando el cuarto de hora final, el Numancia se vio en inferioridad numérica tras expulsión de Escassi por doble amarilla tras forcejear con Maikel Mesa. EL tinerfeño, que había entrado hacía poco, le echó bastante teatro a a la acción. Precisamente él, sería el encargado de elevar el definitivo 3-0 en el marcador cuando en el minuto 76 se sirvió de un balón muerto en el área y con el arquero rival vencido para anotar a placer.
El partido daría para poco más, la salida de un Sergio Araujo ovacionado por la grada para dar entrada Pekhart, alguna ocasión más sin excesiva brillantez. Lo importante es que los tres puntos se quedaron en el Gran Canaria y que sirven para recuperar una confianza perdida, amen de recortar distancias con el Málaga.
El marcador habla de victoria holgada, el juego, pragmático, ortodoxo en ocasiones, invitaba al bostezo más que el aplauso. Pero la solidez del equipo fue suprema con el doble pivote Timor-Javi Castellano excelsos, una defensa pulcra y atenta en todo momento con un Raul Fernández necesarios como el respirar. Y luego el tridente en la delantera que por sí sólo genera ocasiones e infunde temor en cualquier equipo de la categoría. Parece que Jiménez ha encontrado el camino, quizás no sea el más bonito, pero si transitando por él llegan las victorias y los puntos, nadie se acordará si los márgenes de esta previsible autopista al ascenso eran bonitos o no.
