Este domingo se miden los dos clubes referencia del deporte canario. Por encima de cualquier disciplina, tanto la UD Las Palmas Palmas como el CD Tenerife arrastran miles de aficionados, copan más minutos que nadie en Radio y Televisión y llenan por sí solos páginas y páginas en los diarios. No obstante, la realidad, más allá de la pasión desmedida con la que muchos desean vivir este partido, hablan de dos equipos en depresión, sobretodo el amarillo, bastante lejos del rendimiento deseado.
El derbi canario se ha fraguado durante décadas en una rivalidad deportiva que era alimentada por cuestiones intrínsecas a la fratricida lucha entre las dos capitales del Archipiélago. Aderezado por ingredientes geopolíticos, sociales y económicos, se fue cociendo un clásico deportivo que ha ganado en cuerpo y sabor en los últimos 25 años. Precisamente cuando la UD pagó sus errores en la Segunda B y el club blanquiazul mostraba su bandera por Europa con orgullo. Pero eso es historia, prehistoria exactamente. La realidad del hoy es la de dos clubes desnaturalizados, el chicharrero que sin el desmedido apoyo del Gobierno de Canarias y el empresarial de su isla, le cuesta cimentar base alguna para forjar un proyecto competitivo. La limitada masa social, más ligada al momento del equipo que al sentimiento de pertenencia, le condena al milagro de alinearse los astros para lograr los éxitos que sin medida ambicionan.
Por su parte, la Unión Deportiva ha vivido distintos vaivenes con su actual presidente al frente, pero la verdadera herida es el desafecto hacia el club que su gestión ha creado en el aficionado, principalmente tras el último ascenso a primera. Los gestos contrarios al mimo y el cuidado, la excesiva avaricia y el pensamiento de intocable e infalibilidad con la que desayunaban día tras día son las principales razones de un distanciamiento más que notable. Esta Las Palmas es menos Unión que nunca. Con 1/3 de los abonados que no asisten al estadio, con el abandono de una parte importante de la masa social y con una plantilla a la que le falta referentes reconocibles, por perder ha perdido hasta nuestro acento, el descalabro sabe aún peor.
En Agosto el equipo amarillo no era aspirante al ascenso, era máximo candidato al campeonato. La apuesta decidida por lograr el ascenso por la vía más directa y de la forma más solvente hizo que, por primera vez en toda la presidencia de Miguel Ángel Ramírez, la entidad amarilla extendiera cheques como norma para acometer la confección de una (supuesta) plantilla de máximas garantías. En alguna ocasión en forma de contratos generosos (Cala o Rubén Castro, por ejemplo) en otras invirtiendo en fichajes (Mesa o Timor, por ejemplo). Ni la contratación de un técnico osco en el trato pero valedor de resultados como Manolo Jiménez ha servido para evitar el descalabro que ni un amigo, en la mayor extensión de la palabra, como Paco Herrera ha podido pararlo. Desde su llegada, el equipo se encuentra aún más lejos del objetivo.
Nunca hubo efecto Paco Herrera, muchos tampoco lo esperábamos. La única guagua que vamos a ver la estamos viendo en sus planteamientos tácticos sobre el campo. No se dejen engañar, el 4-3-3 es un dibujo como cualquier otro si no hay una verdadera vocación ofensiva y un trabajo "per se". Comparen sino este 4-3-3 de Herrera con el 5-3-2 de Quique Setién en el Betis, que en ocasiones muta a un 3-5-2. Y a pesar de acumular hombres, de plantear los partidos desde el temor de encajar goles y mostrarse parco en ataque, el saldo goleador es desfavorablemente abrumador en sus 3 partidos al frente de la nave amarilla: 3 goles a favor por 8 en contra.
A punto de alcanzar la mitad de la temporada, el equipo amarillo tiene una desventaja de diez puntos con el ascenso directo. Una distancia que, dado el rendimiento amarillo hasta ahora, se antoja insalvable. Pensar en la promoción es, en este momento, un objetivo más concreto, real y ajustado a la realidad amarilla. Y está a nada más y nada menos que seis puntos de distancia con un grupo amplio de rivales que también lo ambicionan. El Anxo Carro era el primer partido señalado de tres (con Tenerife y Córdoba)como infalibles para obtener la victoria y cerrar el año de la forma más digna. Tras la goleada del Lugo, queda el clásico y el Córdoba. ¿Puede haber más morbo?.
A excepción de Pekhart, lesionado para 3 semanas, Herrera podrá contar con todos sus jugadores para este encuentro.
FICHA TÉCNICA
Fecha y hora: Domingo 16 de Diciembre, 17:00 hora canaria.
Lugar: Estadio de Gran Canaria (33.000 espectadores)
Árbitro: Gorka Sagués Oscoz (Comité Arbitral del País Vasco)
Televisión: Movistar Partidazo (Movistar Plus, Orange TV y otras plataforma digitales)
Radio: UD Radio, COPE, Cadena SER, Onda CERO, Radio Marca, 7.7 Radio, etc.