El partido era un funeral, el ambiente,
desangelado en un Estadio de Gran Canaria desértico. Paco Herrera
mantuvo el mismo once que empató en el Cerro del Espino con la
excepción de Fidel por Álvaro Lemos, quien hoy fue suplente en
detrimento de un meritorio Eric Curbelo. El equipo inicial fue el
formado por Raúl Fernández; Eric Curbelo, Martín Mantovani, Juan
Cala, Dani Castellano; Timor, Peñalba, De Galarreta, Fidel, Rubén y
Rafa Mir.
Osasuna empezó mandando y la UD,
temerosa, se ganó los primeros pitidos de una afición de uñas,
cada vez más desencantada con un proyecto que está resultando desilusionante para las expectativas generadas en verano.
Los navarros enviaron un balón al larguero en
un lanzamiento de falta desde la frontal, aunque algo escorado, de
Rubén García y la UD respondió de manera individual y fantástica
de Fidel, uno de los jugadores más infravalorados de la plantilla,
quien lanzó un chutazo precioso que se coló en la portería de
Rubén. Era el 9' y el equipo ya mandaba.
En el 24' llegó un mano a mano de
Rubén Castro con Rubén García que despejó el cancerbero visitante. Y en el 30' y el 32'
la UD dio, por fin, muestras de lo que de ellos se podía esperar. En
el 30' Fidel ejecutó una falta magistral, como aquella que mostró
en verano ante el Leeds y que en partidos oficiales no habíamos
visto y dos más tarde, en el 32', un pase al espacio de Iñigo Ruiz
De Galarreta que dejó solo a Rafa Mir ante Rubén y el murciano lo
batió con muchísima clase.
La realidad es que la efectividad
mayúscula del equipo, sorprendente porque había estado inédita
hasta hoy, era la nota más destacada de un partido que llegó así,
con esa superioridad, al descanso. Osasuna, que llegaba con siete
victorias de los últimos diez partidos, tres de ellas consecutivas,
con la excepción del empuje inicial y el tiro al larguero de los
primeros minutos se mostraba timorato, inocente, sin preocupar a la
defensa amarilla.
La segunda parte arrancó con una
ocasión para la UD, un chut cruzado de Rubén al que no llegó Mir
pese a lanzarse al suelo y en el 52', en la jugada inmediatamente
posterior un taconazo de Juan Villar habilitó a Clerc quien centró
hacia Roberto Torres y éste cedió a Fran Mérida para anotar el
primero de los visitantes. Tres toques dentro del área y la pasividad
defensiva, palpable.
La UD dio un paso atrás, Osasuna
cercaba la portería de Raúl, Nacho Vidal chutó de volea, en el
aire, un centro de Fran Mérida y Juan Villar no llegó al remate a
portería vacía con Raúl vencido en el 60'. Con un remate de Timor
al palo la UD certificaba su presencia ofensiva en el duelo.
En el 68' ambos entrenadores movieron
ficha: Herrera quitó a Fidel para poner a Álvaro Lemos y Jagoba
Arrasate sacó a Iñigo Pérez y dio entrada a Brandon.
En el 74' ambos entrenadores movieron
el banquillo Juan Villar y Nacho Vidal salieron y entraron Kike Barja
y Xisco. Herrera, por su parte, puso a Araujo, tras reincorporarse al
equipo esta semana tras dos semanas más en Argentina por problemas
burocráticos.
Una falta a Rubén en la frontal, algo
escorada, como la que ejecutó Fidel, acabó dentro de la portería
de Rubén García y cerró un partido para la UD que no ganaba desde
hacía 10 partidos, en el séptimo de Herrera en su vuelta al equipo.
La UD, con esta victoria necesaria como
el respirar, queda, a expensas del resto de la jornada, a seis de la
promoción de ascenso y a siete del descenso.