Saltó la Unión Deportiva al
césped del Tartiere con un cambio táctico pasando de un 4-4-2 a un 4-1-4-1
donde la titularidad de Deivid en el eje de la defensa, de Javi Castellano como
pivote defensivo en la medular y la de Álvaro Lemos en posición de extremo en
la línea de cuatro era lo más destacado. Este entramado táctico con menor
presencia en ataque y buscando la superioridad en la caja central del terreno
de juego hacía prever, junto al pétreo 5-3-2 que dibuja siempre Anquela, un
partido de desarrollo lento y con pocas ocasiones.
Los primeros 45 minutos
fueron un auténtico despropósito entre dos equipos que aspiran, uno con la boca
más pequeña que el otro, por lograr llegar a la promoción de ascenso pero que
no hicieron mérito alguno para lograrlo. Un primer periodo dominado por la
pizarra donde el fútbol asociativo se mostró ausente, las contadas ocasiones
llegaron en jugadas aisladas, deslavazadas y principalmente a la contra. Ni los
carbayones ni los amarillos supieron inquietar al arquero rival.
A la salida de los
vestuarios tras el descanso, tan sólo el Real Oviedo mostró interés por
revertir el tedio de la primera parte. Los carbayones aceleraron el ritmo de
juego e imprimieron más intensidad en sus acciones para ir acumulando ocasiones
en el área amarilla. Ese fue el momento en el que, tras una primera parte casi
inédito, apareció Raúl Fernández para mantener intacta las redes amarillas. Al
menos en dos ocasiones, una de Joselu y otra de Saúl, el arquero amarillo tuvo
que sacar lo mejor de sí para evitar que subiera el primer tanto al marcador.
La lluvia no dejaba de caer
sobre un césped del Tartiere que drenaba todo el agua pero que, obviamente, se
había vuelto más pesado y cargaba más a los jugadores con menos presencia
física. Mel lo vio e introdujo en el minuto 60 un cambio que sería clave. Dio
entrada a Rafa Mir por un exhausto Momo. Los amarillos perdían una pieza en la
sala de máquinas pero ganaba mayor presencia física en un partido que,
condicionado por la lluvia, tenía poco a poco más apariencia de decantarse por lo
físico que por lo técnico. A partir de ahí, la Unión Deportiva sumó sus mejores
minutos y ocasiones. Gracias a acciones a balón parado o colgado sobre el área.
Primero una falta de Lemos lejana que dio en la madera tras colarse entre un
bosque de piernas y posteriormente un remate de De La Bella que sacó el arquero
carbayón con muchos apuros.
El partido había
evolucionado y se encontraba en una situación muy pareja a falta de diez
minutos del final, levemente parecían mejor los amarillos. Pero en la Unión
Deportiva todo son desgracias. Una pelota larga que peleaba el senegalés
Ibrahima entre Aythami y Deivid y en la que se adelanta Raúl Fernández para
acortar, acaba con el central de Arguineguín por los suelos y con la pelota en
los pies del delantero con un arquero intentado recuperar la posición con el
arco descubierto. Disparo a placer pese a la distancia y lo esquinado a la que,
pese a tirarse Deivid no alcanza a salvar el gol en contra (1-0).
Cuando mejor se encontraba
la Unión Deportiva recibió un castigo severo. El tiempo discurría y ya con el
reloj descontando los últimos segundos la fortuna le devolvería la sonrisa a
los amarillos. Un disparo desde la frontal de Rafa Mir sin aparente excesivo
peligro, acabaría colándose por debajo del cuerpo de Champagne para besar las
redes para desgracias del argentino. Los amarillos vieron premiado su empeño y
mejora en el tramo final del partido y se marcharon con una pequeña dosis de
confianza. El punto, sin embargo, sigue siendo insuficiente tanto para unos como
para otros para soñar con la promoción de ascenso.