El equipo de Mel era invitado de lujo a una fiesta que, con fastidio, reconocía que debería haber sido la propia. Pero la pésima temporada amarilla, desde su gestión en los despachos hasta su rendimiento sobre el césped, le ha alejado del objetivo marcado a comienzos de temporada. En esta recta final sin objetivo que alcanzar, la puesta apunto de los jóvenes valores emergentes del filial es su máximo atractivo.
Y con esa idea saltaba el equipo amarillo a la verde pradera de El Sadar. Un once titular que, por nombres, despertaba buenas sensaciones. De los canteranos promocionados este curso tan sólo Josep Martínez y Eric Curbelo se mantenían fuertes en el once titular de Pepe Mel que, ante un Osasuna de 1ª división, otorgó la confianza a la vieja guardia en un campo caliente a pesar de las bajas y las ausencias que, por decisión técnica, tomó el técnico antes de partir desde la isla dirección Pamplona. Así, de entrada, Cedrés, Vallés o Robaina comenzaban el encuentro desde la banca.
El encuentro comenzó con tranquilidad, con unos primeros compases aletargados, sin demasiados contratiempos. Hasta que en el minuto 7 Kike Barja perdonó una gran ocasión de gol cuando, tanto él como Juan Villar, se plantaron sólos ante Josep Martínez y cuando tan sólo tenía que ceder a su compañero para empujar al fondo de la red buscó el gol a la escuadra disparando fuera, perdonando así el 1-0. Pasarían quince minutos más para ver otra gran ocasión en el encuentro y sería nuevamente por el bando local. Un centro de Juan Villar desde la derecha, tras ganar la espalda en un balón largo a Curbelo, otorgaría a Rubén Garcia la ocasión de remate en el 2º palo pero no llegaría a la pelota.
Poco después, en el minuto 30, caería lesionado Íñigo Ruiz de Galarreta que, tras un choque en una acción anterior, se mostraba dolorido de los gemelos tendiéndose en el suelo y solicitando el cambio. Mel daba la entrada a Cedrés para rehubicar en el eje a Mesa y colocar al canterano en la cal. Parecía que este cambio podría agitar un poco el dormitado juego amarillo, demasiado al ralentí desde el inicio del partido, pero fue tan sólo un espejismo.
En el minuto 33 llegaría el premio para Osasuna, el equipo que más lo había intentado. Sería Juan Villar quien abriría el marcador tras pase de Kike Barja que, ahora sí, fue generoso tras recibir una pelota en la frontal tras multiples rebotes. Un par de ocasiones más locales que llevarían el ¡uy! a las gradas sería lo siguiente pero sin incidencia en el marcador antes de ir a los vestuarios
Tras el descanso, no hubo cambios en ninguno de los dos equipos en cuanto a nombres, sí en cuanto intenciones. El entretiempo sirvió de acicate a los insulares que saltaron al campo en el segundo periodo con una versión más corajuda y pleno de intenciones. Hasta 4 ocasiones claras de gol en los primeros 5 minutos acumularon lo de Pepe Mel. En botas de David García, en acción de delantero centro puro, una asistencia de Araujo a Mesa que no pudo conectar el remate, otra de Rubén Castro que tuvo una excepcional respuesta de su tocayo bajo el arco pamplonica.
Así fue como equilibró fuerzas el conjunto insular e inquietó a una parroquia navarra demasiado distraída y confiada en festejar su merecido ascenso. Si bien cambió la actitud y el nivel futbolístico amarillo, lo que persistió, como toda la temporada, fue su ineficiencia goleadora. La Unión Deportiva necesita casi un maná infinito de ocasiones para anotar una cantidad pírrica de goles. Esa reacción fue efímera, puro efecto gaseosa. Una ocasión de David García, vaselina por encima del arquero que se fue rozando el travesaño fue la única noticias positiva en el resto de la 2ª parte, y eso ocurrió en el minuto 75. Por medio, otra vez el partido fue dominado por los locales que, al contrario de los canarios, fueron de menos a más.
El partido dio para otro gol más, como no, obra de Osasuna. Jugada de quilates de Rubén García que cede entre líneas a Nacho Vidal que se cuela tras la defensa para dar el pase de la muerte a Xisco que remata a place a gol en una acción donde, una vez más, Josep Martínez estaba totalmente vendido. Tras el gol discurrieron los minutos sin más sobresaltos.
La Unión Deportiva descuenta una fecha más de su particular vía crucis para irse ya de vacaciones (de forma oficial). En partidos como el de hoy, pocas conclusiones de cara a la próxima se pueden sacar más allá de la titularidad indiscutible de Josep Martínez si Raúl Fernández no continúa en la disciplina amarilla.