
El equipo de Mel era invitado de lujo a una fiesta que, con fastidio, reconocía que debería haber sido la propia. Pero la pésima temporada amarilla, desde su gestión en los despachos hasta su rendimiento sobre el césped, le ha alejado del objetivo marcado a comienzos de temporada. En esta recta final sin objetivo que alcanzar, la puesta apunto de los jóvenes valores...